11 de octubre de 2014 | Daniel Solano Sújar

Aquella Charpa

Aquella Charpa
Aquella Charpa
Toda mi vida la dediqué a conservar mis amistades a nunca renunciar de ellas aunque como yo muchos de mi generación tuvimos que salir de nuestros pueblos, y el contacto con la vida cotidiana se va perdiendo, pero siempre si uno quiere hay momentos para recordarlos, he estado muy pendiente de saber donde estaban ubicados aquellos amigos que nunca dejaste de quererlos y echarlos de menos, todos nacimos muy cerquita de nuestro parque, en dos calles, y uno de ellos, muy cerquita del castillo, donde cuando era pequeño nos dio un susto con un percance que fue cuando manipulaban una bala o un casquillo de bala, una explosión de dicho artefacto, nos hizo pasar un rato complicado, que gracias a Dios todo quedó en un gran susto. Eran esos tiempos que todos los jóvenes vivimos con mucha intensidad, Belmez era un pueblo abierto, con una gran cantidad de vecinos, había en casas que vivían dos familias, todavía la crisis de trabajo no empujo muy fuerte, década de los sesenta, aunque mi padre ya estaba en Alemania, pero bueno el pueblo aún estaba vivo.
Los ferrocarriles estaban a pleno rendimiento, la ancha y la estrecha con sus estaciones muy ajetreadas con su problemática de trabajo, las minas y los talleres generales se iban manteniendo, se fue la Sociedad Minera Metalúrgica de Peñarroya y nos llegó una empresa del Instituto Nacional de Industria, llamada Empresa Nacional Carbonífera del Sur(Encasur), que mantuvo muchos puestos de trabajo, no lo suficientes, ya que el deterioro del cerco industrial empezaba a bajar el ritmo laboral, el trasiego de personal en aquellas maquinillas aún era muy evidente, esa escuela del trabajo e Instituto en Peñarroya-Pueblonuevo, y ese llano lleno de gente estudiante de todos los pueblos del alrededor y aldeas colindantes, la visita a los billares del célebre Lumi, en la parte de arriba de aquél bar inolvidable para ese gran pueblo el MARLOY, la escuela de facultativos de minas de Belmez, también fue un sitio donde gracias a Dios, muchos jóvenes se pudieron formar para su vida y fueron grandes e importantes en sus centros de trabajo, en esos años pocos pueblos de este país podía tener tantos estudiantes de una formación bastante aceptable, ya que esos cuarenta años de dictadura se dejó notar en muchos campos de la educación nacional, el analfabetismo era una lacra muy importante todavía en aquellos años y esta zona nuestra tuvimos esa gran suerte de tener unos centros y unas escuelas, junto a academias que estuvieron ahí al pie del cañón en la formación básica y graduada de muchísimas personas de esos dos pueblos hermanos Peñarroya-Puelonuevo y Belmez.
Eran aún tiempos donde aún te daban aquella leche en polvo y el quesito por la tarde de aquella ayuda americana, los niños ya empezábamos a ponernos los pantalones vaqueros, y la música de los grupos de actualidad nos llegaba literalmente en aquellos discos de vinilo, que al ponerlos en aquellos tocadiscos, (picú), era una delicia escuchar a los the Beatles, y a los Brincos, Los Módulos, Lone Star, Formula V, sin olvidarnos del Dúo Dinámico, Rafael y mas tarde Nino Bravo, Adamo, fuimos creciendo con esta música y en aquellos guateques, reuniones, lo pasábamos de cine, y
hablando de cine, nuestros cines de verano e invierno a pleno rendimiento, aquellos dobles, y aquellas películas donde nos dejaron un sabor cinematográfico muy importante , el cine y la música es cultura y estos pueblos fueron embajadores de primera mano, esas bandas de música, que alegraban en las tardes de los domingos donde hoy se encuentra la Belita y en Belmez en nuestro parque municipal, cuando nos gustaba pasear con nuestras amigas, esas niñas de lo cuellos duros y de esos trajes azules que en Belmez era un enjambre cuando se abrían las puertas de ese querido convento, pienso que nunca se tuvo que cerrar tan prematuramente, de verdad ese colegio fue siempre muy querido y admirado por muchos belmezanos.
Ya se empezaban a escuchar los acordes de esas grandes guitarras de esas percusiones y de esas voces de esos dos grupos primeros, Veloces e Imperiales, cómo se ponían donde actuaban, llenitos de gente joven, tanto en Belmez como en Peñarroya Pueblonuevo, un día me encontré con una de esas personas que en
esa etapa era un referente, vestía siempre a lo última moda, junto con él iban unas niñas muy guapas, era un grupo de gente que le daban ese colorido de modernidad a nuestros pueblos el Pillín, un maestro Peluquero, que marcó tendencia en una época, aquí en el Paseo de las Delicias era muy solicitado por su gran profesionalidad, se que muchos al leer esto amigo Navarro le vendrán recuerdos de días y momentos inolvidables, esas charpas, esa juventud nuestra disfrutando con su música, otros con su deporte favorito, ya nos vamos acercando a la década de los setenta, tiempos inmejorables para el deporte del futbol local, con aquél fabuloso equipo de fútbol de los añorados Chencho, Lolillo, Pilli, Parra, Felipe y todos los demás que fueron santo y seña en esos dulces años del fútbol local. Ya sólo me queda recordar con mucho cariño a mi charpa, a esos amigos que llevo siempre en el corazón que todos estamos emigrados pero que volvemos por nuestros lares, y que los llevo grabados a fuego en mi alma, Eduardo, Chico, Robas, Marcelino, Paco Cámara y Joselín ,además de los más pequeños, Ángel, Adolfo, Pepito, e Ignacio, sin olvidarme nunca de mi Gabriel Gordillo, a todos muchas gracias por seguir manteniendo esa dulce amistad a pesar de los muchos años ya…Viva la gente del parque, viva esa Charpa bendita.
 
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Comentarios

fernando robas
17-10-2014 19:54:09
Desde luego no cabe duda que eres un Crak,que dios te conserve la mente que tienes,aunque como yò di...
 
DANIEL SOLANO
14-10-2014 22:47:44
Gracias Mariángeles y Eduardo, fueron tiempos vividos intensamente y que recordaremos de por vida, n...
 
Eduardo
14-10-2014 00:04:14
Dani todo lo que has escrito está muy bien, Parece que lo vuelves ha vivir de nuevo, Aunque eso so...
 
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