1 de octubre de 2014 | Daniel Solano Sújar

El rubio de oro

   El rubio de  oro, el tercero por la izquierda
El rubio de oro, el tercero por la izquierda
Hoy es un verdadero placer exponer la vida deportiva futbolística de una persona que a lo largo de muchos años de su vida, siempre tuvo en su boca y en sus expresiones el nombre del Recreativo Belmezano, como he dicho han pasado muchos años, pero él los tiene muy cerquita en su memoria y cuando tiene esa gran oportunidad y aparece por su pueblo que lo hace bastante a menudo gracias a Dios, pues a pesar de su maltrecha rodilla por ese envejecimiento que todos tenemos que pasar, pero con una fuerza y ganas terribles de estar siempre al lado de su equipo, ese que lleva en su corazón y que lo defendió a muerte desde esa posición de lateral derecho, donde los rivales de esa geografía andaluza de aquellos duros años, esos años cincuenta y un poquito antes, pero desde que el Recreativo Belmezano se inscribe en la Real Federación de fútbol de Sevilla, en el año 1952, EL RUBIO DE ORO, era muy conocido en esos campos de dios, desde muy niño sintió esos deseos de jugar en el equipo de su pueblo, acudía a los entrenamientos después de los duros trabajos en el campo, desde Cámaras Altas, esos ochos kilómetros los recorría de ida y vuelta cuando bajaba al pueblo a entrenar, una vez exhausto volvía muy contento para su casa, de verdad ese sentimiento lo siguió mostrando una vez colocado en la Junta de Energía Nuclear y desde el sitio de residencia de trabajo, cogía esos camiones para llegar a la hora del partido y a veces llegaba por los pelos, cuanto quiso siempre éste Rubio, a su Recre, de verdad los que ya estamos avanzados en edad y tuvimos esa gran suerte de vestir esa camiseta blanca y azul ,sabemos los sentimientos de todos estos que aun gracias a Dios, nos quedan, son ya octogenarios, pero la verdad amigo Navarro, el poder tener esa gran suerte de estar con ellos en esas tertulias hablando y hablando del fútbol de su época, cuantas historias nos gusta escuchar de los labios de este grupo de personas que amaron a su equipo con todo su corazón, yo he sido una persona privilegiada, tengo la suerte de que este Rubio de oro, es tío de mi mujer, me une él un cariño muy especial, cuando yo hacía mis pinitos en esto del fútbol aquí en Madrid, acudía a verme jugar, para ellos el que un belmezano jugara en esos equipos de Madrid, era una delicia y se sentían orgullosos, paso a contaros un anécdota, el Rubio, Pepín Aroca y Manolo Rivera, estos tres eran muy amigos de mi suegro, y acudieron a verme jugar un partido ante el Carabanchel, y bueno el míster me dejó en ese partido al principio en el banquillo, y ellos se acercaron al banquillo reclamando mi salida al terreno de juego, yo jugaba en el Quintanar de la Orden, el míster Marín, había sido jugador del Celta de Vigo, tanta lata dieron que el entrenador me sacó a y los cinco minutos, con mucha suerte en un tiro de falta hice el gol del empate, aquello fue inenarrable por parte de estos tres belmezanos, sinceramente estas personas siempre han estado al lado de todos los jugadores belmezanos, y en especial el Rubio, que siempre tiene a su Recre en su pensamiento, cuando esto le ocurre a una persona, es porque en esas vivencias se dieron esa clase de amistades que aún las conservan, muchos ya se nos fueron, pero la verdad que personas de este calibre siempre las necesitamos, e hicieron una labor muy importante en el mantenimiento del fútbol de Belmez, ellos tuvieron a un gran maestro Juan Cortés Mora, inolvidable para el fútbol nuestro, con el también Enrique Agredano, Juan José Vioque, Gabriel Nevado, Epifanio Cerrato, Francisco Cerrato, Diego Molina, y otros directivos, así como a los jugadores compañeros de este gran lateral, Paco Daza, Antoñin Fernández, Pedro Cantero, Pedro Cabrera, Bravo, Muñoz, Carbonell, Rivera, Sierra, Pedrin, Del Rey, Germán, Felix Cano, Luis Mohedano, Pepe Domínguez, Perico Carmena, Pepin de las Nieves, el Lolo, y tantos otros que hicieron piña por mantener esa ilusión viva, y esa muestra está muy presente en la actualidad, nuestro equipo belmezano sigue en categoría después de cerca de cincuenta años, y esto hay que celebrarlo por todo lo alto y agradecer como no puede ser de otra forma a toda esas personas que altruistamente se dejaron el alma por estos colores y que gracias a sus desmesurado esfuerzo, hoy nos podemos sentir muy orgullosos todos los belmezanos amantes de nuestro Recreativo Belmezano.
Ya sólo me queda agradecerle al Rubio de Oro, ese comportamiento desde aquellos años donde él después de ese duro trabajo acudía a ese campo de tierra con sus tapias algunas caídas y con aquellos borceguíes y aquellas camisolas grandísimas, que se lavaban en casa de cada uno, y después de esa defensa de ese escudo al termino del partido, esa ducha fría en aquellas casetas que estaban llenas de alegría, ya que ellos habían tenido esa gran suerte de vestir esa camiseta que tanto vale, esa camiseta que es un orgullo vestirla, y yo joder, tuve esa suerte de ponérmela. Gracias José Ramírez Caballero, El Rubio de Oro por todo lo que nos enseñaste a los más jóvenes en la forma de sentir esos dignos colores, colores que sé que muchos lo sintieron en el fondo de su alma.
El Recreativo Belmezano, no es un equipo, ni una afición, en un ESCUDO, grabado a fuego en el corazón. Viva el Recre.
Un abrazo RUBIO, te queremos y mucho.
 
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