Todos nos vemos de alguna forma reflejados en nuestras vidas, las vivencias familiares rodeadas de palabra y gestos inolvidables, de ese calor de familia, de ese entrañable hogar de aquellos inviernos crudos y esos veranos inolvidables, esa palabra de ese progenitor nuestro, esa figura que siempre la llevas en el corazón, esos abuelos y abuelas, que te enseñaron de pequeñito, como te debes de comportar, de sentir mucho respeto hacia cualquier persona mayor, creer en ti, y apoyarte siempre en tus decisiones, como he dicho amigo Navarro, todos tuvimos esa figura familiar junto a nosotros y ahora cuando cada día vamos avanzando y tenemos algunos esa posibilidad de imitar, esos sueños que te llegan a la mente al recordar a nuestros ya fallecidos e inmejorables personas, quieres trasladar ese cariño a nuestros niños y niñas, ofreciéndole lo mejor en consejos, en cariño y amor para que siempre esté presente ese recuerdo de infancia junto a ese hombre o mujer al que nunca olvidarás.
Hoy quiero hacer un homenaje a esa clase de persona, a ese abuelo que dedicó su vida a su familia y nietos y que ellos mismos lo recuerdan con el amor que él les dedicó, su vida fue difícil, porque tuvo que vivir momentos muy amargos y muy duros, le tocó pese a ser muy joven estar en

una guerra odiosa entre hermanos, en los años 1936-1939, esa nunca olvidada guerra civil, donde uno tuvo que defender el lugar que le tocó, y pelear con todo el dolor de su corazón, ya que la guerra como he dicho entre hermanos, sólo trajo miseria y dolor, miseria para algunos mas que para otros, ya que no se respetó lo que se había votado en este país, y el dictador ultrajo esa votación dando el golpe de estado que él y algunos de sus amigos nos condujeron a la miseria y muerte de muchos españoles de ambos bandos, que nunca se les olvidará a este país, algunos se les enterró con honores, otros aún están tristemente en las cunetas.
Antonio Cruz Félix, casado con Esmeralda Navarrete Gutiérrez, vecinos de esa Aldea entrañable del Porvenir de la Industria, llamada también la “Raña”, tuvieron cinco hijos, posteriormente se trasladó a vivir a Peñarroya-Pueblonuevo, al barrio de la Guita, el poblado que la Empresa Carbonífera construyó para sus trabajadores, Poblado Santiago García Fuentes, Antonio, trabajo de minero en el pozo de San Miguel, en esa pedanía de Fuente Obejuna, también estaban los pozos de San José y Rampa tres, una pedanía minera de un alto valor, y que
la mayoría de sus vecinos bajaron a diario a esa negra tierra minera a muchos metros de profundidad con un valor y una hombría muy difícil de igualar, dejando patente la honradez en el esfuerzo de todos estos hombres mineros del cual me siento totalmente orgulloso.
Antonio, ejercía en sus ratos de ocio, su otra profesión en ese pueblo que él tanto quiso, su Porvenir de la Industria, en los años de emigrante en Barcelona, no había un solo día que no recordara esta pedanía, pasaron los años y de nuevo volvió a sus orígenes, en el cual fue inmensamente feliz, recordaba como he dicho esa profesión de Peluquero, trabajando con un trato muy cariñoso y amable a sus parroquianos en sus tareas de cortar, afeitar y peinar, a él se le nombraba como Antonio el bombero ,que era como se le conocía en su pueblo a su familia.
Sé que su cometido como Abuelo, fue muy especial, en sus momentos de conversación con esos nietos tan queridos por él, a las preguntas ignorantes de estos niños, de lo que fue la guerra, él con una angustia y una desazón grande, les iba contando paso a paso, las zonas por donde tuvo que pasar, la retirada del Río Jarama, fue muy violenta, estuvo en los cuarteles de Valencia y en el barrio de Carabachel, siempre luchando con el ejercito republicano ,zona que le tocó, y que él era aún muy joven, nunca quiso una guerra que dividía a un pais, una guerra que sólo dejó tristeza y malos recuerdos para todos, pero es lo que vivió y lo vivió de la forma mas humilde y elegante, intentando luchar por su vida como todos, pero nunca hizo de esa guerra cruel un acicate para hacer daño alguno a nadie.

Se quedó en su mochila, todo aparcado, nunca olvidado, y el se dedicó posteriormente hacer felices a su familia, mujer, hijos, nietos y amigos.
Antonio Cruz Félix, dejó muy claro que su exequias se las hicieran en Belmez, un pueblo al que adoró hasta su último adiós, Antonio, se encuentra descansando junto a la ladera de esa castillo, que él tanto quería y es visitado con todo cariño por toda su familia que acuden a dejarles esas flores que el tanto gustaba tener, Antonio el Bombero, dejó entre todo su entorno una huella y una impronta irrepetible, esta es mas o menos una pequeña historia de la figura de un abuelo que es recordado con el cariño por sus nietos como él se merecía, ese ABUELO, entrañable ,esa figura de todas las casas de este nuestro país, que gracias a ellos nos formamos mejor y mejor, y esa palabra siempre ha sido escuchada con esa dulce mirada de esos años de inocencia completa de esos niños que nunca olvidan la preciosa palabra de abuelo.
Con todo mi cariño para mi gran amigo YONI, por ese amor que le profesó a su abuelo ANTONIO.. D.E.P.

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