Ayer, 17 de Marzo de 2014, me quedé sorprendido y estupefacto, cuando en un conocido diario provincial, en primera página, vi la noticia de la nueva ley de memoria democrática. En virtud de la cual, serán eliminados de los pueblos de España los símbolos franquistas, entre ellos y el primero que venía de los pueblos de Córdoba es:
-La cruz del Peñón de Peñarroya…
En mi humilde punto de vista, esto raya la idiotez y la chabacanería.
Estos señores iluminados por el misticismo político, que no religioso, pretenden eliminar la memoria histórica de unos acontecimientos luctuosos de nuestra historia, que no los hechos. Emulando al sacerdote y el barbero de la novela del Quijote cuando quemaron los libros, que lejos de sanar la locura del hidalgo, lo que hicieron fue acrecentarla. Memoria, que nunca debiera de ser olvidada, si no todo lo contrario, debe mantenerse fresca y que la conozcan las generaciones venideras, para no volver a incurrir en el error y horror de una nueva guerra fratricida como lo fue la del 36 al 39.
Por la misma razón que no ha sido destruido el campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz, y ha quedado para la posteridad recordándonos que no debe volver a suceder ningún hecho análogo a los ocurridos en la II Guerra Mundial, creo que no debiera de ser destruida la Cruz del Peñón.
También podría ocurrírsele a otro político, en el culmen de la necedad, que como se hicieron los embalses en la época del franquismo, también los destruyan y como Al-Andalus fue en su día tierra conquistada por los árabes, nos entreguen a Marruecos.
De todo esto, me hago una pregunta: ¿Dónde estaban estos lumbreras cuando se desmantelaba el poco tejido industrial de mi pueblo? Que si bien, comenzó con Solís ministro franquista, acabó ayer como quien dice, con los demócratas en el cierre de las minas, condenando a nuestra juventud a la más absoluta miseria laboral y a un mayor oscuro porvenir.
¿Dónde estaban, cuando vinieron los “Cazarrecompensas” a llevarse los fondos Miner? ¿No se les cae la cara de vergüenza a estos “Salvapatrias” cuando al acceder a mi pueblo ven carteles como el que reza por el acceso de la Barriada de la Estación que rezan Arqueología industrial. A eso es a lo que han reducido a mi pueblo. Y hablando de carteles, más productivo sería que derribar la Cruz de la polémica, que mandasen a alguien que supiera las normas de ortografía y se corrigieran esos carteles que nos ridiculizan como el famoso que hay, y como muestra un botón, barrio frances en lugar de barrio francés que sería lo correcto y de lo que en gran medida tienen culpa ellos con tanta Logse y Lomce etc… cargándose la educación hasta ponernos a la cola de Europa y hacer de nosotros analfabetos culturales y políticos, hasta el punto de pretender hacernos creer que es mejor una formación profesional que una carrera universitaria. Pero eso sí, sus hijos a estudiar a colegios y universidades privadas en el extranjero, costeados los estudios con sus sueldos, sí, pero que provienen de nuestros impuestos, para que ellos gasten el tiempo en leyes semejantes a la que nos ocupa y otras sandeces diversas.
Quiero dejar muy claro en estas líneas, que no soy de derechas ni de izquierdas, eso ya no se lleva, ahora se es de centro, centroderecha o centroizquierda, eso de la lucha de clases está ya trasnochado. Ni rojo (color prohibido en el franquismo) ni azul (color que la nueva ley censurará por ser franquista). Soy de abajo y vamos a por los de arriba. No estoy dispuesto a dejar que me idioticen y encima quedarme callado.
Por todo lo expuesto anteriormente, pido desde estas líneas, el indulto a la Cruz del Peñón, pues sinceramente, no creo que sea un símbolo franquista y si que forma parte de la idiosincrasia de mi pueblo. Al igual que en su día se indultó el Toro de Osborne.

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