20 de enero de 2014 | Joaquín Rayego Gutiérrez
¡MÁS MADERA..!
Acabo de leer un libro que considero de lectura obligada en los Institutos de nuestra comunidad, y concretamente en el de mi patria chica, Peñarroya- Pueblonuevo, por lo que tiene de lección, y por la nitidez con que la realidad histórica nos presenta los diferentes avatares en que nosencarnamos los individuos de una comunidad.
El libro al que me refiero es La Guerra Civil en Córdoba (1936- 1939), de Francisco Moreno Gómez. En él aparecen caracterizados el bueno, el feo y el malo de toda película de acción.
Para D. Francisco Poyatos, testigo de algunos hechos que se describen, el papel de “malo” ─el desagradable, el inmoral, el bellaco, el que desconoce razones, el que se regodea en fastidiar al prójimo y solo busca su interés personal…─ lo representa D. Bruno Ibáñez Gálvez, teniente coronel de la Guardia Civil(pág. 443), el traidor que aterrorizó Córdoba, regalándose con el oro requisado a la población…
La figura antitética, si convenimos en quela bondad se define como la inclinación de hacer el bien, para mí es la D. Fernando Carrión Caballero, el hombre que permaneció fiel a su causa, a la razón y a la ley (págs. 162- 163), el alcalde que evitó la destrucción de las fábricas y de las minas (pág. 435),el protector de los que eran contrarios a su ideología; la personalidad que gestionó la evacuación de mujeres y niños, enfrentándose a otros hombres y poniendo en riesgo su vida, el capitán que no abandonó a su suerte la embarcación…
Roles como los que caracterizan la actitud vital de D. Bruno y D. Fernando en el Gran Teatro del Mundo los encontramos al montón; pero sin abundar en maniqueísmos permítanme, como colofón, evocar la tremenda humanidad de D. Eulogio Paz, de instituciones como Cáritas y de tantos héroes anónimos que invitan a respirar.
Como dice mi paisano J.M.G.T.─ “Aprendiendo a cavar mi propia trinchera (poética)”─“qué difícil es ahora mantener la guardia despierta (…) cuando el enemigo es mil enemigos pequeños o un gran enemigo invisible”; cuando la burocracia se ha convertido en el arte del birlibirloque, en el falseo de estadísticas, en aventar la producción, en crear dificultades insoslayables al inmediato inferior, en ser causa de desapego del trabajo agradable, en favorecer el partidismo más glotón, en propiciar la persecución política, el “mobbing”, la frustración…Y en este teatrillo de mercenarios, maritornes, charlots, camanduleros, pisaverdes, jactanciosos, pícaros, carbonarios, gomosos, figurillas contoneantes, intrigantes del poder, gente políticamente correcta que esgrime la palmeta de la moralidad, cristobitas habituados a comulgar con ruedas de molino, saltimbanquis de la comba, progresistas del escalafón… , el malo, para mí, es toda una casta, la que se expresa en una correctísima sinrazón:
─ Eminencia de abogado, ¿para qué son necesarios sus servicios si no atiende mis argumentos? Se lo digo una vez más: lo que pretendo es que me haga un traje a mi medida, un traje de un corte delicado para este cuerpo que Dios me dio, donde no aparezca ni un solo hilo que insinúe mi despotismo, y menos aún que en su suave forro de raso sea visible la palabra “corrupción”.
No es mi pretensión elechar más leña al fuego. Como Buster Keaton, en El maquinista de La General, soy de los que piensan que el hombre se dignifica por el amor, pero, tras los últimos acontecimientos, he sacado la impresión, leyendo InfoGuadiato, de que mi pueblo se ha convertido en una especie de Bosnia, en un lugar en que es factible insultar a una joven de treinta años tachándola de “Mala, más que mala…”, con aquellos motivos tan propios de la Inquisición. Y que no haya ningún padre, ningún hermano, ningún amigo que la auxilie…
Odio esta situación, y de tener los redaños de un Fernando Carrión les diría a la gente de mi pueblo, a mi gente, que se estrecharan la mano y se perdonaran; que no dejaran que la sabandijas de la política, el resquemor de antaño y la falta de diálogo les llevaran a arrasar con todo lo que construyeron e hicieron florecer extremeños, franceses, vascos, gente curtida en problemas, gente de la emigración.
¿Nadie ha pensado en el futuro de esos niños que oyen la palabra “crisis” y ven a sus parientes al borde de una guerra “incivil”? Cualquier joven en su sano juicio habrá pensado en salir de allí, para no tener que aguantar una murga estúpida, que nada aporta a su futuro y que leimpide ser feliz.
Comentarios
Joaquín Rayego Gutiérrez
22-01-2014 19:26:30
Estimado/a señor/a director/a deInfoGuadiato:
Desde mi vulnerable trinchera, lo último que querría ...
Joaquín Rayego Gutiérrez
22-01-2014 19:26:30
Estimado/a señor/a director/a deInfoGuadiato:
Desde mi vulnerable trinchera, lo último que querría es que alguien me enterrase en este oscuro socavón, porque un empujón deleznable resulta ser elmodo, tan poco sutil, en que ustedes desdeñan unas ideas, una, digamos, vulgar opinión.
El pasado día 16 le envié este artículo con la sana intención de compartir pensamientos con mis paisanos, en los que criticaba a la cofradía del poder y sus mecanismos de manipulación.
Como en esta sección tienen cabida las más encontradas manifestaciones, y como no se había publicado ninguna desde el 14 de diciembre, creí yo que mis razones no le habrían de molestar.
El artículo salió a la luz el 20 de enero, junto con otros. Grande fue mi estupor al verlo relegado a una posición secundaria en la columna de lospublicados. Entiendo que hay prioridades que han de sopesarse y que eso no lo decido yo, pero entiendo también que un periódico que se nutre de los préstamos de otros debería sacar partido de una desinteresada colaboración.
Nunca fue mi intención colorear mi currículum ni decir algo sin sentido, y es por ello que me siento ninguneado por tan torpe actuación.
Tan bochornosas como las patadas a la ortografía —que requiere mayor vigilancia—son unas determinadas formas de actuación, que alguien debería explicar y evitar que se repitan.
Fdo.: Joaquín Rayego
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