Quizás porque las medidas de seguridad son cada vez mayores. Porque es realmente complicado entrar en una sala de juego y conseguir una buena cantidad de dinero sin que la policía o la propia seguridad del lugar te intercepte o por el gran número de cámaras de seguridad que vigilan como millones de ojos atentos todos los movimientos que se producen en la sala, lo que está claro, al menos a tenor de las cifras hechas públicas el año pasado por la Policía Nacional, es que
descienden los robos en los casinos españoles.
En el informe se mostraba que entre abril y septiembre del año que ha terminado recientemente el número de robos que tenían que ver con el juego y las salas en el que este se desarrolla había bajado un 13,8% respecto a los trimestres anteriores. No obstante, de ahí las razones que se dan en la introducción de este artículo, a pesar de que los robos con violencia en el interior de los casinos han bajado, se han incrementado los atracos a los recaudadores cuya misión es transportar el dinero.
Ya hace años que los expertos policiales y los medios de comunicación vienen anunciando este cambio de rutinas o de tácticas por parte de los atracadores. Como ejemplo, en el año 2009 la capital castellanoleonesa, Valladolid, vivió cuatro robos a personas que transportaban el dinero recaudado por tragaperras, consiguiendo un botín total de alrededor de 8.000 euros. También en Cantabria, y concretamente en Torrelavega, se denunciaron, durante el mismo año, varios robos similares.
Siguiendo con la parte norte de la península, aunque España no es un país en el que sus casinos hayan sufrido una gran número de robos a lo largo de la historia, estadísticas como la hecha pública en el 2011 en un diario asturiano, que aseguraba que en los casinos de esta comunidad había una media de nueve robos al trimestre, demuestra que tampoco es algo ajeno a este país.
Sin embargo, los grandes robos en casinos, esos que han inspirado películas y que, en muchos casos, han demostrado que la realidad supera a la ficción, no se han producido en España. Uno de los últimos ejemplos sucedió en
Basilea (Suiza) en 2010. En el Gran Casino de la ciudad helvética diez personas armadas, con trajes negros y cascos, al más puro estilo hollywoodiense, se llevaron miles y miles de euros, eso sí, nadie, ni clientes, ni miembros del equipo de seguridad, resultó herido.