9 de febrero de 2012 | Antonio Luis Merino Pérez Licenciado en Pedagogía de la Danza
Historia de la Danza (2ª parte)
LA DANZA EN LOS CÍRCULOS CRISTIANOS-GNÓSTICOS
En los hechos de San Juan 3-94, (alrededor del siglo III) y que forman parte del gnosticismo cristiano, encontramos una danza de culto religiosa, la cual fue representada en la noche antes del martirio de Jesús.
Antes de que Cristo fuese apresado por los judíos, invitó a sus discípulos a unirse a él en un himno de alabanza al Padre, ordenándoles que formasen un círculo cogidos de las manos, quedando él en el centro. Les pidió que respondieran “Amén” mientras él cantaba un himno de alabanza con alusiones místicas. Mientras tanto, el anillo formado por los discípulos giraba alrededor de Jesús.
Citaré un extracto del himno interpretado esa noche en el huerto de los olivos:
“Te alabamos a ti, ¡logos! Te alabamos a ti, gracia, Amén.
Seré salvado y salvaré. Amén.
Seré librado y libraré. Amén.
La gracia de Dios baila en el círculo. Yo tocaré la flauta, bailemos todos. Amén.
Yo me lamentaré. Dejar que todos se lamenten. Amén.
Los extraordinarios ochos cantan las alabanzas con nosotros. Amén.
Los doce en las alturas bailan su danza circular. Amén.
Es deber de todos bailar en las alturas. Amén.
Quien no baile, no sabrá lo que ocurrirá. Amén.
Pero si tomáis parte en mi danza lineal, veos reflejados en mí, el Orador, y cuando veáis lo que hago, no reveléis mis misterios. Cuando bailéis, pensad en lo que hago, que es vuestro sufrimiento, el sufrimiento de la humanidad, el que yo deseo sufrir. Yo danzo, pero vosotros debéis pensar en los íntegros y cuando hayáis pensado, decir, “Alabado sea el Padre””. (Backman, L, 2009: pg. 15).
En este himno San Juan nos narra y describe la danza de la creación. “Los extraordinarios ochos cantan las alabanzas con nosotros…”, de lo que se puede deducir que los ocho, son los siete planetas y el octavo son las estrellas, que acompañan con cánticos esta danza en alabanza al Señor. “Los doce danzan en las alturas…”, representan las doce casas o signos del zodíaco danzando en círculo.
Los gnósticos-cristianos, creían que la gran circunferencia del zodiaco danzaba en un círculo. En las sublimes palabras del anterior himno citado, deben significar que el mundo fundado baila ante su creador: el sol, la luna, los cinco planetas entonces interpretados como las constelaciones celestiales y las estrellas. Según el pensamiento cristiano-gnóstico, además de las criaturas creadas, también los ángeles danzaban ante el Señor. Por lo que todos los que alcanzasen la salvación, gozarían del privilegio de danzar con los ángeles ensalzando cánticos de alabanza.
En el siglo III, encontramos un escrito que nos habla sobre el martirio que padeció San Andrés, que tuvo lugar el 30 de noviembre durante el reinado de Nerón, y parece haber sido compuesto en círculos gnósticos. San Andrés fue torturado en una cruz en forma de X, antes de marchar con el Padre le ofreció esta oración:
“Libera mi cuerpo para que mi alma, danzando con los ángeles, pueda alabarte”. (Bachman, L, 2009: pg 17).
Según Agustine, los Maniqueos y Priscilianos, cuando celebraban sus misterios en el siglo IV, cantaban un himno muy similar, que provenía del himno de la memoria de los apóstoles, que constituía una completa enseñanza del Señor. Cito el mencionado himno:
“Liberaré y sería liberado.
Sanaré y sería sanado.
Daré a luz y sería dado a luz.
Cantaré, dejad que todos dancen juntos.
Tocaré las palmas, dejad que todos golpeen el suelo con los pies.
Adoraré y sería adorado”. (Backman, L, 2009: pg. 15).
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