10 de mayo de 2011 | Carlos Medina Viglielm
Obama - Osama: la impunidad imperial
BIN LADEN, QUE DEBÍA SOMETERSE A DIÁLISIS, PARECE NO HABER ABANDONADO EL LUGAR DONDE FUE EJECUTADO, DURANTE LOS ÚLTIMOS CINCO AÑOS
Las autoridades de gobierno y militares norteamericanos observan la ejecución en directo
Antes que nada tomar distancia, por principios, manifestar la más firme condena al terrorismo, venga de quien venga. Una buena causa nunca, de ninguna manera, podrá justificar actos de tal índole.
Luego abordemos el caso que ha conmovido al mundo en los primeros días de mayo de este año 2011: la ejecución, sin siquiera un juicio sumario, de un requerido por la justicia, luego de la violación del territorio soberano de un país, en este caso, Pakistán.
Como si todo esto fuera poco, la ejecución tuvo lugar frente a familiares del requerido, fue filmada y vista en forma directa y simultánea por el autor intelectual de la ejecución y sus más directos asesores. Un detalle para nada menor, es que el autor intelectual (el principal responsable), de todos estos hechos que violan varias veces las leyes internacionales, es nada más y nada menos que el último ganador del premio Nobel de la Paz, el presidente de los EUA Barak Obama. Otro de los fácilmente reconocibles testigos oculares (vía satélite) de la ejecución fue la canciller norteamericana Hilary Clinton.
Dejemos de lado todas las contradicciones en que cayeron los “informantes” o voceros de la presidencia norteamericana: “Osama se resistió, se escudó en una mujer”, etc. etc. Se dijo que su ADN fue cotejado y coincidió con la muestra que poseía el pentágono ¿Habrán hecho el análisis a bordo del helicóptero que lo llevó hacia altamar?
Al tercer o cuarto día después de los hechos, parecería que efectivamente Osama Bin Laden fue simplemente ejecutado al final de una operación de los Seals de la marina norteamericana. Esto es al parecer lo cierto.
En tanto lo que queda oculto entre la nebulosa de mentiras, dichos y contradichos no es poco. Primero el momento, la fecha misma del asalto y posterior ejecución. Esto se dio a conocer casi en el décimo aniversario del atentado a las Torres Gemelas, atentado por otra parte, muy lejos de aclarar.
Cabe preguntarse, ya que los propios norteamericanos dicen saber de la ubicación de Bin Laden desde hace años, si la operación militar no fue en realidad llevada adelante antes (para evitar que el requerido fugara), y esperar para dar el hecho a conocer en un momento oportuno, para sacarle el máximo rédito político. Que bien hubiera estado, que el anuncio fuera dado el mismo 11 de septiembre ¿No? Técnicamente los EUA podrían haberlo hecho (o lo hicieron) en cualquier momento. Bin Laden, que debía someterse a diálisis, parece no haber abandonado el lugar donde fue ejecutado, durante los últimos cinco años.
Eso, si no hubiera sido porque la CIA asesinó, en otro país, en otra guerra organizada desde Washington como es la de Libia, al hijo y tres nietos del líder máximo de ese país. Esto había provocado la condena entre otros de Rusia y ese no es un país de poca influencia que digamos. Tal vez los EUA se vieron apurados a efectuar el asalto (o a transmitir el video), para contrarrestar los efectos negativos de los asesinatos en Libia.
Hay algo que apoyaría esta tesis y es la desaparición del cuerpo de Bin Laden. Es comprensible que los EUA hayan ocultado el cuerpo para evitar que el mismo fuera a convocar multitudes. Pero eso lo podrían haber hecho, después de mostrarlo a la prensa internacional, así hubiera tenido que organizarse todo en alguno de sus portaviones. Nadie hubiera dicho nada, seguramente, si los EUA luego de mostrar su cadáver lo hubieran hecho desaparecer en el mar o en algún depósito secreto. ¿No sería que Bin Laden ya llevaba semanas, meses o años muerto?
Tal vez no. Tal vez lo hayan ejecutado en el momento que eligieron, en la madrugada del día en que dijeron. Hay una razón bien sencilla para la ejecución y es que de no matarlo de inmediato, se hubiera dado paso a un juicio, tras el cual nadie hubiera dicho nada, tampoco, si Bin Laden hubiera sido condenado a muerte. Pero es que los muertos no hablan.
Recordemos que se trata de uno de los "productos" más largamente elaborados (reclutado, entrenado y armado), por los Estados Unidos de Norteamérica en su guerra indirecta con la Unión Soviética. Recordemos que después que todos los vuelos comerciales fueran suspendidos, u obligados a aterrizar, aquel fatídico 11 de septiembre de 2001, hubo todavía un avión al que le fue permitido levantar y volar para abandonar los Estados Unidos: el de la familia de Bin Laden. ¿Qué tanto temían los norteamericanos que dijera Osama Bin Laden si hubiera sido llevado a juicio? Esta es, casi sin dudas, la verdadera explicación de la ejecución, más allá de la natural -a esta altura- costumbre de los "líderes" norteamericanos de satisfacer la necesidad de sangre de las fieras que alimentan.
Barack Obama dio su discurso entonces “urbi et orbi”, diciendo que el mundo ahora es más seguro. Albert Einstein dijo una vez que conocía dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana, pero que del Universo tenía dudas.
¿Cómo se le puede ocurrir al presidente de los Estados Unidos de Norteamérica decir que el mundo es más seguro, después de haber ordenado ejecutar a una persona desarmada, por más que fuera Bin Laden, frente a sus familiares, violando la soberanía de un país, para luego lanzar su cuerpo al mar, diciendo además que eso, se hizo “respetando” los ritos religiosos musulmanes?
Un cable de la agencia EFE, fechado en El Cairo el día 2 de mayo decía: "El experto en estudios islámicos de Al Azhar, la institución más prestigiosa del islam suní, Abdel Moti Bayumi, aseguró hoy que arrojar un cadáver al mar contradice la "sharia" (ley islámica)."
Todavía después, haciendo gala de la brutal impunidad imperial, como colofón, aquello que muchos habrán nominado simplemente como “la frutilla sobre la torta”, llegó el anuncio de que el soldado que ejecutó a Bin Laden frente a cámaras, será homenajeado y condecorado.
Obviamente, tanto la operación militar, como el momento elegido para realizarla y/o para darla a conocer, forman parte de campaña por la reelección de Barak Obama. Y el equipo que hay detrás de todo ha sido muy exitoso: Obama ascendió inmediatamente diez puntos en su popularidad. Eso en sí mismo ya es peligroso, pues alienta a nuevas aventuras.
El mundo se ha vuelto, sin ninguna duda, más oscuro y mucho, muchísimo más inseguro. El Estado norteamericano, que acaba de legitimar el uso de la tortura al reconoocer su utilización en el caso, sigue sumando delitos punibles para la ley internacional vigente. Y no es muy probable que la corte Internacional de Justicia de La Haya, vaya a llamar al presidente de los EUA, burda caricatura de lo que el mundo pensó al principio de él ni a su canciller, para que den cuenta de sus actos.
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