Aunque haga aspavientos negándolo, los comunicados diplomáticos estadounidenses revelados por WikiLeaks, y que recogen declaraciones de políticos españoles, señalan que desde su llegada al poder Zapatero apoyó el dominio de Marruecos sobre el Sáhara, territorio para el que propuso crear una autonomía "como la de Cataluña".
El presidente argelino, Abdelazid Bouteflika, tachó al PSOE de "deshonesto" con los saharauis, pero sólo porque a través de un nuevo Estado su país llegaría al Atlántico manteniendo bajo control ese satélite.
WikiLeaks ratifica también algo sabido anteriormente, pero que suele callarse porque se ha decidido proteger al personaje: Mohamed VI, el rey de Marruecos, ha ampliado la red de corrupción que ya poseía su padre, Hassan II, y que domina todas las estructuras del país.
Pero hay que preservarlo para contener algo infinitamente más asesino, reaccionario y corrupto allá donde tiene poder, el yihadismo islamista.
Wikileaks revela la creencia de que algunos grupos de saharauis están infiltrados por Al-Qaeda y, dada la facilidad de conversión de cualquier descontento a esta versión brutal del islam, un Sahara débil, como sería, podría convertirse en un estado fallido y base para el terrorismo hacia el norte de África y toda Europa.
Hay que insistir en que todo esto se suponía ya. Pero WikiLeaks acredita ahora los puntos de vista de los diplomáticos no sólo estadounidenses, sino también españoles, y el porqué de la postura zapateril al tratar de evitar un volcán en la frontera española.
El norte de África se caracteriza por la gigantesca corrupción de todos sus dirigentes, sin excepción alguna, pero sus posibles relevos aparentemente más puros, seguidores fanáticos del islam, son más indeseables aún. Al margen de quienes fueran los autores reales del 11M, los atentados así podrían multiplicarse.
Zapatero ha preferido apoyar a los menos malos. Por una vez no es el insensato de siempre. Así están las cosas.

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