El pensamiento de Karl Popper sobre la tolerancia es uno de los más influyentes del siglo XX y su obra sigue siendo relevante en la actualidad. En su libro "La sociedad abierta y sus enemigos", Popper defendía que la tolerancia ilimitada no era posible y que, de hecho, debíamos ser intolerantes con aquellos que promovían ideologías totalitarias, como el nazismo.
El nazismo, como movimiento político, es una ideología que promueve la supremacía de una raza sobre las demás, la eliminación de aquellos que son considerados "inferiores" y la imposición de un régimen autoritario y opresivo. El nazismo es una ideología profundamente intolerante que se opone a los valores fundamentales de la democracia y la libertad.
En España, el partido político Vox ha sido acusado por muchos de promover ideas y posturas similares a las del nazismo. Sus políticas sobre inmigración, derechos LGTBI, feminismo y otros temas han sido criticadas por algunos por ser contrarias a los valores democráticos y por fomentar la discriminación y el odio hacia ciertos grupos de personas.
Ante esta situación, cabe preguntarse si debemos tolerar a los intolerantes. En su obra, Popper defendía que no debíamos tolerar la intolerancia ilimitada, ya que si permitimos que los intolerantes promuevan sus ideas sin oposición, corremos el riesgo de que esas ideas se extiendan y acaben socavando la democracia y la libertad.
Esto no significa que debamos silenciar a aquellos que tienen opiniones diferentes a las nuestras o que debamos limitar la libertad de expresión. Al contrario, Popper defendía que debíamos permitir la libre expresión de todas las ideas, incluso aquellas que consideramos ofensivas o repugnantes. Sin embargo, también defendía que debíamos oponernos activamente a aquellos que promueven ideologías totalitarias y que, si es necesario, debíamos recurrir a la fuerza para impedir que esas ideologías se impongan.
En el caso de Vox, debemos ser claros: este partido no promueve una ideología totalitaria como tal, pero sus políticas y posturas han sido criticadas por muchos por ser contrarias a los valores democráticos. Por lo tanto, debemos estar en guardia y oponernos activamente a cualquier intento de Vox de socavar la democracia y la libertad. Debemos fomentar el diálogo y el debate, pero también debemos ser firmes en la defensa de nuestros valores y derechos fundamentales.
En conclusión, la tolerancia ilimitada no es posible y debemos ser intolerantes con aquellos que promueven ideologías totalitarias y contrarias a los valores democráticos. Esto no significa limitar la libertad de expresión o silenciar a aquellos que tienen opiniones diferentes, pero sí significa estar en guardia y oponernos activamente a cualquier intento de socavar la democracia y la libertad. Debemos fomentar el diálogo y el debate, pero también debemos ser firmes en la defensa de nuestros valores y derechos fundamentales.

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