Poco se habla del vilipendiado y nunca bien ponderado Pablo Iglesias, pese a sus contradicciones, sus errores y sus cuitas, hay que reconocer que su aparición en el panorama político patrio ha supuesto un antes y un después en nuestra contemporánea historia. Un personaje con su preparación, su lucidez y su capacidad de reacción pasarán cien años hasta que se repita. Pero en este momento ya no interesa.

Ahora en la prensa se desprecia cada vez más el relato de los hechos frente al juicio de valor… Los errores del ex vicepresidente tienen como remate el corte de coleta. ¡Hay que ver la simpleza!

Estoy seguro de que Pablo Iglesias tiene el futuro medido tras el sofisma de su despedida taurina con corte de coleta en los medios. Mantendrá, como tiene, bien atados los machos para trabajar detrás de la barrera o desde el burladero.

Siempre habrá una izquierda más allá del PSOE, la acción colectiva no se basa tanto en lo mal que están las cosas (como pretenden algunos) como en la confianza en las propias fuerzas y una esperanza disponible y creíble. Y el ave Fénix renace en Ione Belarra, Iñigo Errejón y tantos otros.

En Madrid, como en los aguafuertes de Goya “el sueño de la razón produce monstruos”. La razón que pone las cosas en su sitio porque el erudito Iglesias es fiel seguidor de Kant (me consta) creador de la “Crítica de la razón pura” uno de los pensamientos más influyentes de la Europa moderna y de la filosofía universal.

Como le ha pasado a Iglesias la inclinación de Kant a cuestionarlo todo le valió enemistades importantes: el rey prusiano Federico Guillermo II le instó a moderar el contenido de sus obras, especialmente tras la Revolución Francesa. Incluso después de su muerte, el papa Pío VIII prohibió la lectura de la Crítica de la razón pura bajo pena de excomunión. A pesar de vivir en el apogeo de la Ilustración. Kant veía con pesimismo que esa época de mayor conocimiento no conducía a un mundo mejor, sino que las viejas estructuras de poder eran reemplazadas por otras nuevas: por pocos meses no llegaría a ver a Napoleón proclamarse emperador.

La historia da muchas vueltas, no me cabe la menor duda… como tampoco me cabe la de que Pablo Iglesias le queda mucho por decir. Aún es muy joven en política (Joe Biden, actual presidente de los Estados Unidos, es casi octogenario y fue vicepresidente en 2008).

Pienso que Pablo Iglesias volverá.

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