16 de abril de 2021 | Manuel Villegas Ruiz
Noventa años de la segunda república
El día 14 de este mes se han cumplido el nonagenario de la Segunda República española, y no sé si aplicarle el calificativo de ignorante o mal intencionado, a nuestro nunca bien denostado Presidente, que se ha referido a ella con las palabras siguientes:
“Esta oportunidad histórica de modernización de España" con un "vínculo luminoso de nuestro mejor pasado", la II República. La ha descrito como el primero de "tres momentos clave de la historia de nuestro país, comparándola al referéndum de 1978 y la entrada de España en la CEE.
Dicen que el “pueblerismo” (palabro inventado por mí, pero que define bien a lo que me refiero) se cura viajando y yo apostillo que la ignorancia se desecha leyendo.
Desconozco si Pedro Sánchez se entrena para desconocer la Historia, o es que los cientos y cientos de asesores, en el colmo de la maldad infinita, lo aconsejan para que cada vez que hable, bien mienta, bien muestre su ignorancia supina o haga el ridículo.
Ciertamente, si consiguió su Doctorado con una tesis escrita por un “negro” que la elaboró con un “corta y pega” como vulgarmente se dice, que hizo un refrito de distintos párrafos de varios escritos, incluyendo trozos del BOE, no es extraño que sus alcances mentales y sus entendederas no den para más, y sea, como dicen los yanquis: “un bueno para nada”.
Creo que está más que reconocido que la Segunda República, se proclamó tras unas elecciones municipales, que no nacionales, por lo que, en ningún momento deberían de servir para designar al Gobierno de España. Solo eran elecciones locales, en las que triunfaron las derechas, de hecho, parte de la prensa de la época anunció en la edición del 13 de marzo el triunfo de las fuerzas pro-monárquicas pero el ambiente era tan proclive a la revolución por el gran desorden que existía que los partidarios de la República se proclamaron vencedores, y de esa manera ilegal e injusta, se implantó en España.
Tuvieron la suerte de encontrarse con un rey pusilánime y cobarde que no supo defender a quienes le habían votado, ni tuvo el coraje suficiente para preservar la Corona, así que se puso a buen recaudo huyendo de España, con la excusa de que no quería provocar una guerra civil, no la provocó, sí la favoreció.
No sé de qué presume este sin seso de Pedro Sánchez de la bondad de esta República diciendo que fue el mejor pasado de nuestra historia.
Hay muchos y muy buenos estudios realizados por sabios historiadores que ponen de relieve el terror que se implantó con ella. Narrar las atrocidades que se cometieron sería casi interminable, pero no queremos dejar de citar uno de los más conspicuos de sus dirigentes, Francisco Largo Caballero, que presidió el Consejo de ministros de esta República entre septiembre de 1936 y mayo de 1937, por ello citamos las siguientes frases suyas:
La clase obrera debe adueñarse del poder político, convencida de que la democracia es incompatible con el socialismo y, como el que tiene el poder no ha de entregarlo voluntariamente, por eso hay que ir a la Revolución”. Mitin en Linares, el 20 de enero de 1936.
“La transformación total del país no se puede hacer echando simplemente papeletas en las urnas. Estamos hartos de ensayos de democracia, que se implante en el país la nuestra”. Cinema Europa, el 10 de febrero de 1936.
“Si no nos permiten conquistar el poder con arreglo a la Constitución, tendremos que conquistarlo de otra manera”. Febrero de 1933.
“Quiero decirles a las derechas que, si triunfamos, colaboraremos con nuestros aliados. Pero, si triunfan las derechas, nuestra labor habrá de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la Guerra Civil declarada. Que no digan que nosotros decimos las cosas por decirlas, que nosotros lo realizamos”. “El Liberal”, el 20 de enero de 1936.
“No creemos en la democracia como valor absoluto. Tampoco creemos en la libertad”. En 1934, Ginebra.
“Hay que apoderarse del poder político, pero la revolución se hace violentamente: luchando y no con discursos". Congreso de las Juventudes Socialistas.
“El Partido socialista no es reformista, cuando ha habido necesidad de romper con la legalidad, sin ningún reparo y sin escrúpulo. El temperamento, la ideología y la educación de nuestro partido no son para ir al reformismo”. Discurso en el XIII Congreso del PSOE, en 1932, siendo ministro de Trabajo y Previsión Social.
El periódico El Socialista recoge las siguientes palabras pronunciadas en 1933: “Se dirá: ¡Ah esa es la dictadura del proletariado! Pero ¿es que vivimos en una democracia? Pues ¿qué hay hoy, más que una dictadura de burgueses? Se nos ataca porque vamos contra la propiedad. Efectivamente. Vamos a echar abajo el régimen de propiedad privada. No ocultamos que vamos a la revolución social. No nos asusta eso. Vamos, repito, hacía la revolución social… mucho dudo que se pueda conseguir el triunfo dentro de la legalidad. Y en tal caso, camaradas habrá que obtenerlo por la violencia… nosotros respondemos: vamos legalmente hacia la revolución de la sociedad. Pero si no queréis, haremos la revolución violentamente. Eso dirán los enemigos, es excitar a la guerra civil… Pongámonos en la realidad. Hay una guerra civil… No nos ceguemos camaradas. Lo que pasa es que esta guerra no ha tomado aún los caracteres cruentos que, por fortuna o desgracia, tendrá inexorablemente que tomar. Vamos a las urnas… Más no olvidéis que los hechos nos llevarán a actos en que hemos de necesitar más energía y más decisión que para ir a las urnas. ¿Excitación al motín? No, simplemente decirle a la clase obrera que debe preparase… Tenemos que luchar, como sea, hasta que en las torres y en los edificios oficiales ondee no la bandera tricolor de una República burguesa, sino la bandera roja de la Revolución Socialista”.
“Si los socialistas son derrotados en las urnas, irán a la violencia, pues antes que el fascismo preferimos la anarquía y el caos”. 10 de febrero de 1936, en el Cinema Europa.
“Tenemos que recorrer un periodo de transición hasta el socialismo integral y ese periodo es la dictadura del proletariado, hacia la cual vamos”. 1 de noviembre 1933.
Rememorar la actuación de Negrín o de Indalecio Prieto haría interminable este escrito, por eso nos preguntamos si es que Pedro Sánchez desconoce realmente la historia de los dirigentes de su partido, o, como el más mendaz de los presidentes de Gobierno que tenemos la desgracia de padecer, piensa que los españoles somos analfabetos y desconocemos lo que se ha plasmado en los libros que describen la nefasta historia de esa época.
Posiblemente este Pompof que nos gobierna, cuando se refiere al vínculo luminoso de nuestro mejor pasado, esté rememorando la luz que desprendían las llamas de los conventos, iglesias y residencias eclesiásticas a las que prendieron fuego estos “bienquistos” socialistas.
Realmente me asombro de que estemos gobernados por un ser tan ignaro, falto de seso y malévolo.
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