8 de enero de 2021 | Carlos Serrano
El castellano, un idioma universal y nuestro
¿Quién concebiría un domicilio familiar donde cada uno de sus miembros quisiese expresarse en un idioma diferente?, es inconcebible y, ciertamente, los responsables, los padres, no lo permitirían, aquello se convertiría en un gallinero donde nadie se entendería. Impensable y nada práctico.
El español es uno de los seis idiomas oficiales de la ONU y la lengua más hablada del mundo por el número de personas que la tienen como lengua materna, siendo, al mismo tiempo, el idioma más estudiado en el mundo, tras el inglés. El castellano lo hablan cerca de seiscientos millones de personas por todo el mundo. Más de 21 millones de personas estudian nuestro idioma, la tercera lengua más usada en Internet, y la lengua oficial en más de 50 países.
Estamos asistiendo al bochornoso espectáculo de ver cómo algunas CCAA intentan postergar el castellano, navegando a contra corriente de lo que sucede en todo el mundo. Incluso China lo incluye en el abanico de segundas lenguas en el bachillerato, colocándolo como segunda lengua, desde la Enseñanza Primaria hasta la Universidad. Y es que, en China, con gran visión de futuro, se han dado cuenta de las ilimitadas posibilidades de nuestra lengua, como puerta de entrada a un mercado laboral de grandes proporciones. No hay que olvidar que cada vez son mayores las relaciones comerciales y económicas entre China e Iberoamérica, incrementadas año tras año, ello origina un posible y futuro mercado laboral para su juventud.
Pero todo lo bueno que ven desde fuera con respecto a nuestro idioma castellano, parece ser que muchos intelectualoides de nuestro entorno no sólo no lo ven, sino que lo intentan borrar en beneficio de unos intereses ocultos, personales y espurios. Muchos políticos no dudan en realizar pactos para conseguir sus propósitos, con promesas y concesiones que, a veces, incluso traspasan la línea roja del Bien Común. Destaco, como resumen, dos noticias increíbles, pero ciertas: “El PNV votará el presupuesto a cambio de que el Ejército salga de S. Sebastián” (Diario Progresista de 25 octubre 2020), y otra parecida: “Según el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, de la documentación aportada… se deduce que “en conjunto, el uso vehicular de la lengua castellana en el sistema enseñanza en Cataluña es residual”. Mientras, el Gobierno calla y admite (¿?), sin pensar que esas prebendas y privilegios, para que se callen y no den problemas, van en detrimento del resto de otras regiones.
El Artículo 3.1 de nuestra Constitución es muy claro: ”…el castellano es la lengua oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho de usarla”. Es decir, se establece somo una obligación ineludible el conocimiento y uso del castellano, aunque con respeto total constitucional a otros idiomas, catalán y vasco: “La riqueza de las distintas… lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de… respeto y protección (artículo 3.3)” Quizá los padres de la Constitución pecaron de ingenuidad al pensar que los líderes futuros cumplirían la norma, aun cuando egoístamente no les interesase. Pero se equivocaron, esos líderes futuros, los que actualmente nos gobiernan, ceden ante las presiones de un independentismo que no deja de pedir, exigir y reclamar unos ambiciosos derechos a los que no tienen fundamento ni base histórica a los que acogerse. No olvidemos que tanto País Vasco como Cataluña, históricamente, fueron condados creados a partir 759, una vez sacudido el yugo francés, y posteriormente incorporados a los Reinos de Navarra y de Aragón. Concretamente, siglo XII, “…los territorios catalanes se constituyeron en parte integrante de la Corona de Aragón…” (Wikipedia). La Historia no se puede desfigurar. Incluso la SENYERA, la cuatro barras sobre fondo de oro, son la “señal real” de Aragón (el primero en presentar este símbolo en su escudo y bandera, fue Alfonso II, Rey de Aragón y de los condados catalanes). Respeto total, reconocido en la Constitución, a otros idiomas como catalán y vasco, pero con el castellano como lengua vehicular.
Y mientras, nuestros políticos callan y ceden, excluyendo el castellano como lengua vehicular reconocida en la Constitución, porque así se lo piden “sus socios” a cambio de su voto. ¿Hasta dónde piensan llegar? Gracias a nuestros tribunales de justicia que, aunque algunos políticos los intentan sojuzgar, siguen poniendo los puntos sobre las íes.
En su mensaje de Navidad, Felipe VI afirmaba rotundo que “los principios éticos están por encima de los lazos familiares”, y yo añadiría que también lo están por encima de los intereses personales de muchos de nuestros políticos.
Yo con Bildu no me voy a reunir”, “con Bildu no vamos a pactar”,
“esa pregunta ofende” o “si quieres lo digo cinco veces”, “el PSOE tiene la
misma posición: con Bildu no se acuerda nada
Yo con Bildu no me voy a reunir”, “con Bildu no vamos a pactar”,
“esa pregunta ofende” o “si quieres lo digo cinco veces”, “el PSOE tiene la
misma posición: con Bildu no se acuerda nada
Yo con Bildu no me voy a reunir”, “con Bildu no vamos a pactar”,
“esa pregunta ofende” o “si quieres lo digo cinco veces”, “el PSOE tiene la
misma posición: con Bildu no se acuerda nadaCosas de la hemeroteca que a muchos les gustaría borrar: “Yo con Bildu no me voy a reunir”, “con Bildu no vamos a pactar”, “el psoe tiene la misma posición: con Bildu no se acuerda nada”.
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