Son muchas las personas que en aquellos años sesenta y posterior, hubo que salir de nuestras tierras, en busca de una vida mas fructífera, los continuos cierres de todo lo que representaba esta cuenca minera nuestra, ese talismán de trabajo y oportunidades que esa empresa Sociedad Minera Metalúrgica de Peñarroya tenía, cerraba grandes centros de trabajo, y de nuevo buscaba ese lugar elegido, Cartagena, y la Unión fue el nuevo destino de la citada empresa, hubo personal que tuvo esa oportunidad de marcharse junto con ella, otros tuvieron que bajar esa carretera de la estación nuestra, y buscar ese destino, las grandes ciudades de nuestro país, era un motivo muy suficiente, otros prefirieron salir a esa vieja Europa, y los destinos de Alemania, Bélgica y Francia, acogieron a muchos emigrados en esas fecha de los años sesenta.

Hoy quiero dedicarle unas palabras llenas de cariño a un persona de las muchas que marcharon, y que a pesar de esa emigración, su punto de referencia, siempre lo tuvo en ese nuestro referente, ese castillo, que domina con ojo avizor todo lo que rodea a nuestra tierra, y es el vigía que nos arropa en esas noches oscuras, ese recuerdo lo tiene perenne año tras año, mes tras mes y día tras día, son muchísimo años desde que salieron de ese pueblo que ella tanto adora y quiere, y ese amor a pesar de la lejanía, la mantiene viva y contenta en ese lugar donde vive con toda su maravillosa familia, CAMELIA FERNÁNDEZ PRIETO, una belmezana que siempre tiene esa sonrisa, que sus brazos los tiene continuamente abiertos, una mujer muy familiar y que dignifica ese cariño que ofrece a diario a todo los suyos, una amiga que siempre la tienes ahí, y que a pesar de tantos años de emigración, su forma de expresarse no ha perdido un ápice, muy arraigada a estas calles blancas de su pueblo, los ojos le brillan a diario cuando recuerda ese lugar que tanto ama, CAMELIA, es muy enamorada de todo el entorno belmezano, esa pasión fue muy conectada e introducida por sus queridos padres, y ella intenta transmitirlo a su hijos y demás familia.

Cuando se está emigrada, los recuerdos de tus raíces están intactas, cuando tú has sido muy feliz en tu lugar de nacimiento, eso nunca se olvida y cuando aún mantienes a tus amigas y amigos de toda la vida, esos y esas que te echaron mucho de menos, eso es sinónimo de una vuelta segura anualmente a ese Belmez tuyo que tanto ella quiere.

Siempre voy a estar al lado de todas esas personas, que desde la distancia, su ilusión por todo lo suyo sigue activo, ese amor a esa tierra nuestra, le hace ser acreedora de estas líneas llenas de cariño hacia ella, por todo lo que significa, Camelia, deja una huella por donde suele pasar, y su ilusión máxima es estar siempre al lado de los suyos, y esos suyos, muchos los tiene en este rincón bello del alto valle del Guadiato, llamado Belmez.

Gracias Camelia, por sentir nuestro pueblo, como tú lo haces a diario, gracias de todo corazón.

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