Son tiempos muy difíciles y muy complicados los que nos han tocado vivir, esa sensación horrorosa de sentir en tus adentros que se nos están yendo, esa gran generación de personas, que tanto lucharon por todos nosotros, una generación que vivieron tiempos muy penosos, ellos trabajaron lo indecible para darnos, lo que a ellos nunca le pudieron dar, sin apenas formación, lucharon por levantar este país , que salía de una cruel guerra civil, y todos en años de apenas sustento, consiguieron levantarlo, y ahora un bicho maldito, está llegando al alma de todos ellos y de jóvenes que se nos rompe el alma, al leer esa noticia triste de sus óbitos, y el dìa a día, cada vez se nos hace mas duro y duro en este enclaustramiento necesario y eficaz en esa pelea con este coronavirus que tanto daño está haciendo en este mundo, y que los expertos sanitarios, siguen y siguen sin apenas fuerzas trabajando sin desmayo por todos nosotros, en esos cuidados y en esa atención solidaria, que a muchos de ellos, ya les ha costado sus vidas.

Estamos en Jueves Santo, cierro lo ojos y veo a mis cofradías preparándose para esas procesiones, son días de recogimiento y hay que estar al lado de todos esos hombres y mujeres, que con esa devoción dedican su tiempo en darle el ,mayor colorido a nuestra semana santa, esa semana santa belmezana que tanto queremos, son como decía, días de recuerdo, este año ha sido imposible debido a la situación médica, pero seguiremos siempre agradecimiento ese trabajo altruista porque nuestro pueblo en años venideros si Dios quiere, volvamos a tener esos pasos en nuestras calles blancas belmezanas en el esplendor de la noche, pasar y pasar junto a nuestro lado, esas imágenes de ese entrañable imaginero, Castillo Lastrucci, de esas grandes obras que nos dedicó, sigo con los ojos cerrados y veo por las calles belmezanas a las mujeres con esos barreños de barro, buscando la panadería de turno, para llevar al horno, esas tortas de aceite, tortas de leche, tortas de huevo, y tenerlas a punto para ese día de resurrección, donde se situaran en esa encina, en esos lugares y espacios que tanto añoramos, nuestra Fuente del Corcho, el Cuadrao, el arroyo de la pizarra y esa finca de los Mestos, tiempos de amistad y solera, en esas encinas el buen vino de pitarra, y esos nuevos alcoholes que combinados, hacen las delicias y algunos aguantaran menos.

Las pascuas belmezanas, cuantas generaciones han disfrutado de esos días de confraternidad, de verdad, son días de aunar y aunar, sentirse feliz y amigo de nuestros amigos, BELMEZ, está atravesando un momento muy delicado por culpa de este virus, lo, mismo que el resto de España y parte del mundo, sólo le pido a Dios, que nos ayude a superar este trance y que nos siga manteniendo unidos, que no nos marque este periodo, que tenemos que seguir juntos y que este proceso lo vamos a ganar, el próximo año, de nuevo estaremos trabajando por esa semana santa, esas raíces y costumbres nuestras, deben de seguir intactas, y por ellas, lucharemos, sé que muchas y muchos estáis echando esas lágrimas, por todo lo que no está pasando, pero espero y deseo de corazón que esta penitencia, la sepamos llevar todos, reitero muy unidos, esto si es importante, y cuando todo esto si Dios quiere acabe, será el momento de abrazarnos con la misma intensidad que siempre nos deberíamos de abrazar, Belmez siempre nos unirá, eso seguro y ese es el mejor mensaje que debemos de dar, Belmez somos todos y todos somos Belmez.

Bueno, comeros esas tortas de leche y esas tortas de huevo y de aceite en vuestras casas, en todas las casas belmezanas, esas recetas a punto para hacerlas en el horno, y disfrutar desde ese enclaustramiento necesario, que el año venidero, lo podamos disfrutar en esos espacios que tanto queremos y tanto añoramos, esos lugares donde siempre fuimos todos muy felices, termino diciendo, desde mi casa, os quiero y os hecho mucho de menos, seguid así por favor, os necesito, Belmez, siempre en mi corazón.

Desde Madrid, quedándome en casa, un abrazo fortísimo.

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