30 de marzo de 2020 | Daniel Solano Sújar
Ese escudo que nos unió de por vida
Un sentimiento que aflora en esas comidas de hermandad
Ese escudo que nos unió de por vida
Que bonita es la vida, y ahora con el problema que estamos teniendo, es cuando nos damos mas cuenta, la verdad son situaciones muy difíciles de soportar, ya que se están llevando vidas y eso duele y mucho, y deberíamos estar mas unidos, pero siempre, no en momentos puntuales, vamos a cambiar, tenemos que estar siempre unidos y dar lo mejor de todos nosotros para los demás, ese será y debe ser nuestro objetivo y por favor empecemos ya.
Hoy quiero dedicarle este escrito a una persona, que tuve esa gran suerte de conocer y tratar en mis tiempos de futbolista, esos tiempos que se quedaron a mi lado y que están ahí muy vivos, fui muy feliz y eso nunca se olvida, ese escudo fue un gran referente para muchos aquellos chavales que eligieron correr detrás de un balón y defender un escudo representativo de un pueblo, un escudo que lo lleve con todo honor y que en todo momento que tuve la suerte de colocármelo a través de esa dulce camiseta, supe que iba a ser una persona muy feliz y así lo fue, un camiseta que tiene y tenía una gran historia deportiva, un club que nos trató de una forma genial y que me dio todo el cariño del mundo y eso siempre lo agradeceré, en él tuve la suerte de conectar con compañeros y directivos inolvidables, y siempre le estaré eternamente agradecido a un veterano, que lleva ese escudo metido en sus entrañas, era el alma “Mater” de este equipo, cuanto nos animaba, y nos ayudaba a estar unidos, que piña hacía y sigue haciendo, una labor impagable y un servicio a su pueblo a través de esta actividad deportiva increíble, muy conocido y un excelente exjugador que en su tiempo, dejó un gran sello en ese club que él tanto ama y quiere, ANDRES DUEÑAS, nuestro Andrés el Marusa, como cariñosamente se le conoce en todo este mundo deportivo de este Valle de los Pedroches.
Decir MARUSA, es decir, ayuda, compromiso, lealtad, respeto, humildad y un saber estar que le dignifica como persona, desde este escrito, quiero decirle a su familia y amigos, felicidades por esa persona que tenéis a vuestro lado, integro en todas sus expresiones, luchador y ganador nato, eso lo lleva en sus genes, y todo el mundo que tuvo esa oportunidad de conocerlo y tratarlo, a través de su vida laboral y deportiva, sólo tiene una palabra, admiración, Andrés es ese referente para mucha gente y para nosotros, este grupo de veteranos exjugadores de nuestro querido C.D. POZOBLANCO, siempre le estaremos agradecido por todo ese cariño que el día a día nos regala y a los que estamos fuera, a través de estas nuevas tecnologías que Andrés la domina fenomenal.
Hay personas que hacen una labor encomiable en sus pueblos de origen, y eso se deja notar, son referentes y en ese deporte del fútbol, son insustituibles, Andrés es en Pozoblanco, lo que nuestro amigo Antonio Cobos es para Belmez, auténticos enamorados de este bello deporte y en toda su vida, ha sido esa entrega para que los mas jóvenes, practicaran esta actividad futbolística y que se fueran integrando en esos círculos deportivos muy importantes para la vida y formación de la persona.
Una labor impagable, desde aquí, quiero decirle a mi amigo Andrés, siempre fue un placer el haber tenido esa oportunidad de convivir contigo y con tu querido hermano Santi ,esos años como jugador del C.D. Pozoblanco, club al que me une un cariño enorme, el ,mismo que le profeso a todos mis compañeros de aquella época, y de aquella directiva de RAFAEL GARCIA, hombre de una talla y una calidad humana muy hermosa, junto con Manolo García Cano, firmes baluartes de unas temporadas llenas de amor y cariño a ese escudo que tanto quise y quiero.
Desde esta ciudad de Madrid y quedándome en casa, sólo dos palabras amigos. Os quiero.
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