16 de enero de 2020 | Daniel Solano Sújar
Sus raíces, su gran tesoro
Nunca perdieron su acento
Nunca perdieron su acento
Cuantas personas hemos visto a lo largo de nuestras vidas, dejar su tierra, dejar sus amigos, familia, costumbres y esas raíces que se lleva en nuestro interior, y a pesar de la dura separación de las personas que se quieren, tienes que salir y salir, eso nos ocurrió a muchos belmezanos y aquellos años, aceptando vivir en otros lugares, en otros países, pero siempre con el corazón puesto en ese viejo rincón del que gracias a Dios nunca nos olvidamos, siempre voy a estar al lado de todo ellos, porque se lo que es sentirse extraño, a pesar de que la vida sea esplendida y hayas empezado otra con todas las garantías y tengas esa estabilidad económica ya acomodada, muchos ya pasamos por eso, y ahora en nuestra situación de jubilados, cada día recuerdas mas y mas, aquellos amigos que dejaste, muchos ya nos dejaron, pero están y estarán siempre en el recuerdo de todos nosotros.
El arraigo a la tierra de uno, siempre estará con uno, y ese valor humano lo defenderás donde estés, hoy quiero dedicarle unas palabras a un matrimonio, que de nuevo volvió a su pueblo, después de tantos años emigrados en ese país vecino, esa tierra francesa a la en la que ellos formaron su vida familiar, ellos dos son esas personas que siempre que podían ,se acercaban a su tierra a la que adoran ,y eso se les nota, cuando los ves, partícipes en todo, colaboran con todas las secciones belmezanas y son meros transportadores de ilusiones y esa amistad abierta hacia todo el belmezano que lo necesite, han trabajado muy duro, durante muchos años, nadie les regaló nada, ellos muy unidos siempre han sido esas personas muy queridas en ese lugar donde llegaron, respetados al máximo y añorados cuando llevan un tiempo y tardan en volver.
PURI ALCÁNTARA E ISIDORO RUIZ, es ese matrimonio belmezano, que el día a día dignifican nuestro gentilicio y lo llevan como bandera allende de nuestra frontera, y en ese país donde pasaron parte importante de sus vidas social y laboral, son verdaderas muestras ,de cómo somos los belmezanos, cuando llegamos a esos lugares para realizar de nuevo, esas vidas de emigración, nunca dejaré de estar orgulloso de ellos y de todos los demás, que como ellos se hicieron ese viaje de ida y vuelta, trabajando y dejando el pabellón belmezano en lo mas alto, personas así, hacen grandes a su pueblos y deben ser reconocida esa inmensa labor y esos brazos siempre abiertos para cualquier causa belmezana, ellos nunca dejaron de ser de Belmez, gracias de todo corazón Puri e Isidoro, Belmez os quiere.
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