24 de octubre de 2019 | Daniel Solano Sújar
La dignidad en su profesión, fue su estandarte
Siempre al lado de su Centenaria
La dignidad en su profesión, fue su estandarte
Hoy la calle Pozonuevo, antigua Francisco Bravo, está muy triste, se nos ido una persona muy allegada, un profesional que desde hace muchísimos años estuvo ahí en su taller, trabajando y ayudando a mucha gente a través de ese oficio que el día a día dignificaba, una persona entrañable de una familia muy conocida y muy querida en todo el entorno belmezano.
Nuestra Centenaria está muy triste, se nos ha ido una persona que durante muchísimos años, estuvo a su lado, ahí desde esa barrera, año tras año curaba esas heridas que le hacían los morlacos con sus derrotes a ese lugar de refugio de los maestros y sede de todos los subalternos, de verdad, nuestro paisano FERNANDO RIVERA, ha sido todo un ejemplo de amor a esa fiesta de los toros, trabajo muchísimo en silencio, desde esa peña a la que perteneció tantísimos años, Fernando era ese punto de apoyo constante en esa dirección, fueron muchos años disfrutando con sus amigos de este mundillo taurino y lo dejaba muy claro con ese cariño que siempre mostraba detrás de esa barrera donde tarde tras tarde, ahí estaba atento a cualquier lance, nuestra Centenaria ha perdido a ese amigo fiel, que durante tantos años, trabajaba y trabajaba para que ella estuviera reluciente, lista y preparada para todas esas embestidas, y en eso Fernando era de matrícula de honor, desde ese lugar, traslado a su hijo Fernandín todo ese entresijo que llevaba esa formación y le metió en vena esa afición a este mundo del toro y la verdad, que no lo pudo hacer mejor.
Hoy las campanas de la iglesia de Belmez han tocado a duelo, se nos ido una persona muy querida en nuestro pueblo y la verdad, su forma de ser, era ese punto de entrega y respeto por su trabajo, y siempre estaba al lado de los suyos, un excelente esposo, gran padre y un abuelo espectacular, sé ese sentimiento por los suyos, y en esa familia muy grande de los Rivera, todos muy conocidos, y muy serviciales, son ese reflejo del sentimiento belmezano en todos sus círculos de amigos, son muy queridos y esa nota, la llevan con el mayor de los honores y lo hacen recíprocos con esa gran disposición siempre hacia los demás.
Son tristes estos momentos de despedida, pero si quiero decir, que en todo el tiempo que llegue a tratar a Fernando y familia, sólo tengo grandes recuerdos y una gran satisfacción por permitirme Dios el haberle tratado y conocido, desde esta ciudad de Madrid, le doy mi mas sentido pésame a su mujer y a sus hijos, nietos y demás familia, se nos fue un gran belmezano y una gran persona D.E.P.
Daniel Solano Sújar
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