Las empresas cordobesas no ven el final de la crisis

NUEVE DE CADA DIEZ ESTABLECIMIENTOS COMERCIALES CONSIDERAN SU MARCHA COMO REGULAR O MALA

Las empresas cordobesas no ven el final de la crisis
Las empresas cordobesas no ven el final de la crisis
Pese a la mejoría de los grandes indicadores económicos, el tejido empresarial sigue asfixiado por la falta de crédito y la caída del consumo; y piensa que hasta finales de 2011 no habrá un respiro para la actividad
Cuando se habla de la luz al final del túnel o de los brotes verdes de la economía, se hace referencia a las previsiones de crecimiento dictadas por organismos económicos nacionales, grandes bancos y gobiernos, pero hay que bajar a pie de campo para conocer la más tozuda realidad y percatarse de la delicada situación por la que atraviesan las empresas. Una situación que no es halagüeña a juzgar por la previsión que de la evolución de la crisis hacen los empresarios de la provincia. El alto índice de paro, las restricciones de crédito y la pérdida de clientes son las consecuencias más evidentes de una crisis que, a pesar de que comienzan a oírse rumores sobre su hipotético fin, todavía es más que latente en sus efectos sobre las empresas cordobesas.
Teniendo en cuenta que la construcción y los servicios copan prácticamente el 75% de la economía productiva de Córdoba, es de obligada referencia la opinión de los representantes de sus empresas, por eso choca escuchar cómo el secretario general de la Asociación de Empresarios de la Construcción de Córdoba, Francisco Carmona, que representa a uno de los sectores más damnificados por la crisis, sostiene que “nunca ha habido brotes verdes, sino cierto engaño”. Duras palabras que hablan sobre un sector que “está mal y va a peor”. En la misma línea se expresa el presidente de la Asociación de Empresas Fabricantes y de Servicios de Córdoba (Asfaco), Miguel Ángel Tamarit, quien reconoce que la demanda de mercado sigue cayendo y que a la crisis “todavía le queda mucho recorrido”.
Y todo a pesar de que el último Indicador de Confianza Empresarial que publica la Cámara de Comercio sostiene que se ha registrado un incremento de 3,4 puntos respecto al dato de abril y que, a pesar de presentar guarismo negativos, se encuentra en su punto más alto de los últimos ocho trimestres.
El caso es que las empresas de Córdoba, en líneas generales, no van bien, y cada sector tiene sus preocupaciones particulares concretas. Si bien, hay algunos puntos comunes de inquietud, como es la restricción del crédito, la caída del consumo y por tanto de la producción y sus consecuencias negativas sobre el empleo. No en vano, en Córdoba, la tasa de paro asciende ya al 23,5 por ciento, una cifra que según el secretario general de Comisiones Obreras de Córdoba, Rafael Rodríguez, “va a seguir subiendo”.
Pérdida de negocio
Y es que, como señala Tamarit, el informe de realidad empresarial ante la crisis recoge caídas de las ventas que en función de los sectores van del 15 al 40 por ciento y recuerda que una de cada tres empresas de su asociación redujeron su plantilla en 2009, una tónica que se reproducirá en los resultados globales de 2010, ya que “se volverá a dar un descenso de los mercados y una contracción de la demanda, lo que conllevará otra caída de las ventas, lo que irremediablemente afectará al empleo y a la viabilidad de muchas empresas”.
En la construcción, como avanzaba Carmona, las cosas no están mejor. Según él, los últimos recortes en inversiones en infraestructuras anunciados por el Gobierno a través del Ministerio de Fomento, no vienen sino “a aportar gravísimas e importantísimas incertidumbres de cara al futuro”. En el caso concreto de Córdoba, se lamenta de la paralización de las obras de la A-32, “y todavía hay que tener en cuenta que esta reprogramación va a tener su reflejo a nivel autonómico y la Junta aún no ha anunciado los recortes que va a ejecutar en las carteras más relacionadas con la construcción, como son Obras Públicas y Medio Ambiente”. Todo esto sumado a los desmoches del Ministerio de la Vivienda a los adquirientes de VPO y de la caída de las subvenciones para urbanización de suelo para vivienda protegida, “que era el sostén de cierto grado de mantenimiento de la actividad y el empleo en el sector”, hacen temer un final de 2010 y un principio de 2011 más que complicado para constructoras e inmobiliarias.
Así las cosas, los subsectores que dependen de la construcción también seguirán pagando las consecuencias. Tal es el ejemplo del de la madera. El presidente de la patronal Unemac, Javier Espinosa, cree que “el final de la crisis no está a la vuelta de la esquina”. Para ellos, el principal problema es también la falta de liquidez, aunque cree que no se van a destruir muchos empleos más “porque estamos bajo mínimos. Hay empresas que hace tres años tenían quince o veinte trabajadores y en las que ya no queda más que el empresario”. Por eso, apuesta por la exportación como vía de futuro. “Está claro que la construcción va a tardar en reactivarse en España, así que tenemos que pensar en otros mercados, y así lo estamos haciendo”, aunque para eso, “necesitamos el crédito, pero es la pescadilla que se muerde la cola, porque muchas empresas no han quedado en las condiciones más óptimas para presentarse en una sucursal a pedir un préstamo”.
Comercio y campo, a pique
El comercio, principal sustento del sector servicios en Córdoba, no presenta tampoco mejores perspectivas. Según el Índice de Confianza Empresarial, “son más los que valoran dejar el negocio frente a aquellos que piensan invertir en el mismo”.
Nueve de cada diez establecimientos comerciales consideran su marcha como regular o mala ya que el 67 por ciento de los mismos han vendido menos en la primera mitad de 2010 que en el mismo período de 2009; de ahí que casi la mitad de los comerciantes (44 por ciento) piense que el negocio irá peor en lo que resta de año, mientras que un 49 por ciento por ciento piensa que seguirá igual.
En un escenario difícil se ven también en el campo. Tal y como explica el gerente en Córdoba de la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas Agrarias (Faeca), Joaquín García, el agro cordobés “está descapitalizado y está capeando el temporal como buenamente puede”. Según él, casi todas las empresas están en pérdidas por la caída de los precios, lo que está acarreando “gravísimos problemas de liquidez a los agricultores y ganaderos”. Esto les lleva a descuidar sus explotaciones, a no tratarlas con los productos que requieren o de la manera más adecuada, a no contratar mano de obra por que no pueden pagarla. El problema, para García, es la “nefasta” gestión de los gobiernos autonómico y nacional en temas relacionados con el campo. “Asistimos a continuos recortes de las ayudas y a un incremento incesante de las sanciones, lo cual nos pone en un escenario de pésimas perspectivas porque la administración no hace más que buscar la forma de sancionarnos”.
K.O. en la joyería
Y si negro lo ven en el campo, peor todavía en un sector especialmente arraigado en Córdoba, como es el joyero. El presidente de la Asociación Provincial, Manuel Berral, hace pública su preocupación, consciente de que en tiempos de crisis, son muy pocos los que compran joyas. “Estamos en un pozo tremendo del que no vemos la forma de salir”. Confiesa que en los dos últimos años “han caído una parte importante de las empresas del sector y sólo han quedado las más fuertes y profesionalizadas, las que con unos cimientos sólidos, se dedicaron a la exportación de sus productos”. En este sentido, señala como desde la asociación se está trabajando en misiones comerciales internacionales para ayudar a las empresas, aunque el panorama, con la alarmante caída de los mercados y la escalada del precio del oro (se ha apreciado un 90 por ciento en menos de dos años) no es nada favorecedor. En este sentido, reconoce que “nos hemos volcado con la feria de Madrid, que es en septiembre, y con traer a Joyacor muchos clientes con la esperanza de que se reactive algo nuestra economía”.
Autónomos contra las cuerdas
Tampoco ven indicios de recuperación los autónomos. A pesar de que el número de afiliados al RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos) ha crecido en los últimos meses, el vicepresidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos de Andalucía, Rafael Amor, cree que es debido a que “a muchos trabajadores que han ido agotando las prestaciones por desempleo no les ha quedado más remedio que darse de alta como autónomo y buscar el autoempleo”. Asimismo, indica que los meses de verano son propicios para el alta de autónomos, de manera que no hay que interpretar eso como algo positivo; antes bien, cree que “no hay hechos que nos ayuden a pensar que la economía se va a recuperar en breve”. Para él, lo más grave es que “si el crédito se está moviendo algo, desde luego no está llegando a los autónomos, lo cual está provocando continuos incrementos de la morosidad y del paro”. Todo esto le lleva a no ver cerca el final de la crisis. “Podrán decir lo que quieran con las previsiones de crecimiento, pero, por el momento, eso no se está viendo reflejado en la realidad diaria”.
 
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