Toda una vida, muy larga gracias a Dios, en toda ella, nunca dejó de ser esa persona muy querida y entrañable, trabajo muchísimo, él me contaba que en aquellos tiempos del pozo Antolín, donde él y su hermano José, trabajaban duramente en aquella sección de los palos de entibación para la mina, ese trabajo duro, pero siempre lo recordaba con mucho cariño, en él se empezó a forjar como persona y ese recuerdo lo tenía muy presente siempre, eran tiempos donde MANUEL RAMIREZ CABALLERO, vivían en la calle José Alcántara de Belmez, una vez venidos de ese lugar del termino de Belmez Cámaras Altas, donde sus padres trabajan en esas fechas, Manolo, era ese hermano que siempre dentro de la familia, acompañaba al mas pequeño, ya que el mayor Francisco, tenía otras misiones, Manolo, siempre iba al lado de su hermano José, este jugador del Recre, y en aquellos momentos, de esa estancia en Cámaras Altas, acudían andando al entreno del Recreativo Belmezano, ambos les gustaba y la verdad, esos ocho kilómetros andando, lo hacían de todo corazón por defender con orgullo la camiseta de su pueblo.
Manolo, y sus hermanos pasaron a engrosar las nóminas del JEN, junta de Energía Nuclear, empresa en la que estuvieron muchos años y recorriendo muchos pueblos de nuestra geografía española, Cardeña, Andújar, Ciudad Rodrigo, Madrid, fueron los lugares de trabajo, ahí dejaron patente sus relaciones laborales, MANOLO, fue fichado por ENUSA, empresa relacionada del Consejo de Seguridad Nuclear, Empresa Nacional del Uranio, ahí Manolo estuvo hasta llegar su jubilación, llevaba el departamento de sondeos, y ese trabajo lo realizo durante muchos años en Ciudad Rodrigo, la vida laboral de estos tres hermanos fue muy amplia y dejaron ese saber estar por donde pasaron.
Manolo era un aficionado al mundo del toro, le encantaba la fiesta nacional, hizo sus pinitos en la plaza de toros de Belmez, en aquella corrida en beneficio del C.F. Recreativo Belmezano,, junto a su amigo Pedro Cabrera, Paco Daza y el Quico de la cordobesa, que era su cuadrilla, y compitió con CAMPANAL y otro aficionado muy conocido en la barriada de la estación de Peñarroya, el llenazo fue impresionante y el motivo hizo que estos tres aficionados se llevaran los mayores aplausos de toda la tarde.

Manolo en su tiempo de Ciudad Rodrigo tuvo mucha amistad con el maestro Santiago Martín el Viti, y ese matador Julio Robles, que tuvo una desgracia que al cogerlo un toro lo dejo parapléjico, Manolo acudía muchas tardes a estar junto con él y este hombre le agradeció en el alma, toda esa dedicación que le dedico Manolo en aquellos duros momentos.
Al volver a Madrid e instalarse en ese barrio de Aluche, Manolo participa muchísimo en la Asociación de la Gran Familia Belmezana de residentes en Madrid, trabajo lo indecible por su pueblo a través de esa gran gestión de la directiva, lo mismo hizo cuando también fue directivo de la Casa de Córdoba de Madrid, donde su hermano mayor Francisco era el presidente de dicha casa.
Manolo, nos dejó el otro día, una vida entera dedicada a sus hijas e hijo, junto con su mujer Antonia Rayos, fue ese binomio, que supieron dejar ese cariño y amor a su familia y amigos, BELMEZ, ha perdido en poco tiempo apenas dos meses se han llevado el uno el otro, pero su huella ha sido patente siempre en el sentimiento de todos los belmezanos que han sentido muchísimo el óbito de estas dos grandes personas y entrañables padres.
La vida marca a las personas, y en este caso, decir, que fue para mí un honor el haber compartido muchos momentos junto con Manolo y que en todo momento fue ese belmezano que siempre dignifico su gentilicio y que lo puso a la mayor altura del mundo.
D.E.P. amigo MANOLO, siempre te tendré junto conmigo y mi recuerdo hacia tu persona, será perenne.

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