16 de enero de 2019 | Daniel Solano Sújar
Desde la calle Córdoba, ese centro docente nunca olvidado
Cuanto aportó a la formación y educación el colegio presentación de María
Desde la calle Córdoba, ese centro docente nunca olvidado
Hay momentos que siempre estarán en nuestros recuerdos y memorias, momentos de niñez y esa etapa colegial que sirvió para formar a un gran grupo de personas que pasaron por sus instalaciones, BELMEZ, en esas fechas tenía sus escuelas públicas que hicieron una magnifica labor docente, aquellos maestros y ahora los actuales con otros métodos, pero todos se dejaron y se siguen dejando ese ejemplar comportamiento en ese bonito trabajo de darle a sus alumnos todo lo mejor para que sus conocimientos sean ampliados y el día de mañana, puedan ofertar en esos puestos de trabajo, esa formación en muy importante en el tiempo que vivimos, y nos debemos sentir todos muy orgullosos de nuestras escuelas y de nuestra Politécnica que es ese lugar importante para el pueblo de Belmez.
Nos vamos a trasladar y aunque han pasado muchos años, el servicio y el trabajo desarrollado por esas hermanas, nuestras monjas, fueron muy importantes en su trabajo diario de formación, todas ellas son recordadas con cariño, ya que fueron tiempos, donde ese lugar en el centro del pueblo era un hervidero de niñas y niños hasta la edad que podían estar, todas ellas uniformadas acudían a sus clases y bueno era un centro mas de afecto y trabajo para la preparación en el punto de desde ahí salir a estudiar una carrera a los centros dependientes, en la mente de muchas personas que estuvieron en este colegio, sigue ese recuerdo hacia esas monjas que participaron en la enseñanza, algunas mas duras que otras, pero en el fondo lo principal era la formación de todas las asistentes a este colegio inolvidable.
Pienso sinceramente que se cerró demasiado pronto, esa misión de ellas, fue muy importante y ese lugar, está en el corazón de todos los belmezanos y belmezanas, la hermanas de la caridad, fue otro grupo de monjas que vinieron a Belmez a nuestra Residencia de Ancianos, y la verdad, tuve la suerte de tratarlas en ese periodo que estuvieron llevando la dirección de ese local, ya que mi querida Madre era una de las personas que estaban, y sólo puedo decir que el trato de ellas, era digno de admirar, después de un tiempo dejaron de estar, y la verdad se les añora y mucho por ese comportamiento y esa admiración en las funciones de su trabajo en ese periodo que tuvimos la suerte de tenerlas.
Ahora sólo me queda agradecerle todo lo que nos dieron en todo ese tiempo que estuvieron en nuestro pueblo, tanto el colegio presentación de María, como ese tiempo que estuvieron las hermanas de la caridad atendiendo las necesidades de nuestros mayores en nuestra residencia belmezana.
Desde este escrito, le doy las gracias por todo y que Dios la siga manteniendo en esa labores de enseñanza y de trabajo hacia nuestros mayores en esos lugares donde están haciendo esa magnifica labor muy necesaria, gracias hermanas de todo corazón.
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