20 de octubre de 2018 | Daniel Solano Sújar
Ese quiosco de la calle Córdoba
Cuanta vida le dio a esa calle
Ese quiosco de la calle Córdoba
Ahora cuando ya vamos cumpliendo años, y dándole gracias a Dios por ello, uno mira hacia atrás, hacia aquellos tiempos de niñez de muchos niños y niñas belmezanos y belmezanas, que se fueron formando y creciendo en ese nuestro pueblo, ese lugar en el corazón del ato Valle el Guadiato, ese pueblo minero, agricultor y ganadero en aquellos años sesenta, y que esa calle arterial muy principal de Belmez, se ponía de grana y oro, en esos paseos de todas los nacidos y los no nacidos, subían y bajaban comentando las incidencias laborales, otros paseaban con sus amigas, y novias y el ambiente era muy acogedor, la cifra de habitantes, aún en esos años era importante a pesar de las duras emigraciones que acucian a nuestro pueblo.
Hoy le quiero dedicar y homenajear a una persona que regentaba su puesto de venta, ese puesto con ruedas, y que le dio mucha vida a Belmez en esos años y posteriores, aparcado aunque se movió por circunstancias, en esa misma calle, pero fueron muchos años, ahí en ese rinconcito junto al Casino, ahí estaba siempre, CLETO CERRATO MORENO, a veces le acompañaba su mujer MARUJA, cuando le traía esas garrapiñadas que hacían con esa calidad, aparte de los cangrejos, las trufas, los bichillos y todo lo que tenía en ese carrillo quiosco, CLETO, era una persona muy singular, toda esta gran familia y todos sus hermanos fueron personas emprendedores, grandes personas y grandes belmezanos, tuve la suerte de tratarlo mucho y la verdad era un lince en su negocio, una persona listísima y fue un generador de tener de artículos que sólo se encontraban en aquellas fechas en la capital de Córdoba, su sonrisa se contagiaba y sobre todo cuando el gran profesional Paciano, le gastaba alguna broma, cuando se acercaba a tomarse esa copa de vino en el bar de su familiar Francisco Cerrato, el GRAN BAR, en esa copa de fino que pedía, siempre le colocaba encima de la copa un palillo, cuando se tenía que ir al quiosco para atender algún cliente, CLETO, era un persona muy formada y la verdad que a él le gustaba mucho el invertir en bolsa, y era un crack en esa venta y compra de las acciones oportunas.
Cleto, en su vida, estuvo emigrado a Brasil, regreso después de un tiempo y ya se quedó en su negocio en BELMEZ, su pueblo, decir que él fue parte importante en la vida de muchos de los belmezanos que nos acercábamos a esa compra diaria, porque como he dicho, tenia artículos que no se veían por el pueblo, y desde luego el trato y su forma de ser era el aliciente que hacia que todo le mundo pasara por ese sitio en ese rincón que tanto echamos de menos.
Han pasado ya muchos años desde que nos dejó, pero siempre lo tendremos en nuestro recuerdo, ese tabaco, esas marcas de cigarrillos, aquellas trufas, bichillos, garrapiñadas, cangrejos y todo ese especial suculento que ofrecía, era digno de lo mejor, CLETO, era ese belmezano que le daba caché a ese lugar donde estuvo y donde se fue cambiando, pero en la historia de nuestro pueblo, él siempre estará en pensamiento de muchos los que tuvimos la gran suerte de tratarlo, igual que a su mujer Maruja y su hija Mariángeles.
Personas que dejan una huella viviente en las vivencias de todos en esa vida cotidiana y se positivamente, que por los siglos de los siglos, ese rincón que al bajar por ese arteria principal de BELMEZ, en esa calle Córdoba, los mas veteranos o mayores, seguiremos mirando hacia ese lugar, donde Cleto Cerrato Moreno, nos ofrecía y nos vendía esos manjares.
Se nos fue ya hace unos años, pero su espíritu sigue muy vivo en esa calle Córdoba.
D.E.P. CLETO.. Te seguimos recordando.
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