Han pasado muchos años, muchos, pero todo sigue en nuestras retinas, cómo le gustaba el ponerse esa camiseta de su equipo favorito, su Recre, como bajaba esa carretera de la estación a sentir en sus adentros ese escudo, que muchos belmezanos en otras etapas, también lo dignificaron, era una ilusión muy compartida con ese grupo de chavales y muy bien dirigidos por ese entrenador que tanto siempre le dio a nuestro Recreativo Belmezano, nuestro Antonio Cobos, en ese equipo figuraba domingo tras domingo un chaval inquieto y con unas grandes aptitudes, esa banda derecha era un peligro constante para la defensa rival, sinceramente muy humilde en su juego y un compañero ideal, VICENTE PÈREZ MOHEDANO, cuanta entrega y trabajo en esos años que militó en este club, al que tanto quiere.
Una vez pasado unos años, su destino lo lleva a la ciudad de Córdoba, su trabajo en esa compañía de decesos, y a verdad como no podía ser de otra forma, su talante, su educación y su saber estar, le hizo ser esa persona muy querida en todo ese entorno laboral, VICENTIN, como le llamamos algunos es de esas personas que se meten en tus entrañas, tiene un gran curriculum amplio en muchas facetas y en todas ellas son muchos los momentos importantes de ayudas y de compromiso con sus quehaceres, cómo hacia de un hombre importante en sus labores cuando todo lo tenía siempre preparado para su torero, un mozo de espada irrepetible, cuidaba a su maestro y lo adoraba, que tiempos de toros, vena muy arraigada que este pedazo de belmezano lleva muy adentro.

Vicente, de nuevo en esta etapa deportiva, ingresa en el colegio de árbitros de Córdoba, haciendo una labor impagable, cuanto les enseñó a esos niños en esas
edades prematuras, de cómo había que comportarse en el terreno de juego, esas charlas continuas y esa preocupación para que todos ellos, se sintieran futbolistas, cómo los educaba sobre el terreno de juego, como los consolaba en esas derrotas, como aplicaba el reglamento de esa forma magistral, enseñándole a los niños la principal virtud, el ser deportista siempre, el que las victorias y derrotas no les influyeran en sus actitudes, y que en esas charlas en los muchos encuentros pitados por toda la provincia de Córdoba y Córdoba capital, era para enriquecer ese argumento deportivo, y que los niños disfrutaran con el deporte.
VICENTE , era muy querido en todos los ambientes deportivos, muy demandado por las directivas de todos esos equipos, para que les pitara, él siempre estaba a disposición del colegio de árbitros, era muy querido en esa institución ,y se que ahora al retirarse se le echará mucho de menos, VICENTE, acudía altruistamente a toda esa llamada en esos torneos veraniegos y trofeos de esas campañas deportivas, ahí estaba él siempre ayudando y dando esas magistrales lecciones a los mas pequeños con el único pensamiento, que cuando fueran mayores entendieran lo importante que es la formación en esas etapas tan especiales y que sus carreras deportivas fueran parte importante para ellos, en esas relaciones humanas que se vive y se arraigan en esa bonita amistad para toda la vida.

Vicente, ahora de nuevo, empieza una nueva etapa deportiva, siente en sus adentros ese fútbol que aún lleva con él y quiere estudiar y estar al día, para cuando esté lo suficiente preparado de nuevo se siente en ese banquillo y pueda trasmitir toda esa enseñanza que a lo largo de su vida supo almacenar, desde estas líneas, sólo me queda decirte amigo Vicente, que te deseo lo mejor, y como belmezano me siento muy orgulloso de tu trabajo en esas labores ya citadas y que en estas nuevas que te llegaran, sé positivamente que cualquier jugador querrá estar bajo tus órdenes.
Desde Madrid, un fortísimo abrazo y felicidades a tus padres, hermanas y a esa familia tuya por tener a la persona que tienen a vuestro lado.

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