11 de enero de 2018 | Daniel Solano Sújar
Una madrileña en el corazón de Belmez
Cuanto quiere a este lugar y cuanto le ha dado
Una madrileña en el corazón de Belmez
Esta vida te da una gran cantidad de oportunidades de conocer a personas de las cuales has aprendido mucho, personas que dejan esa huella interminable por ese gran comportamiento hacia todas las personas que por su vida han pasado, ella nació en el corazón de esta ciudad de Madrid, su vida era ese deseo de aprender y aprender, las labores de muchas mujeres en ese especial trabajo de modista, le gustaba muchísimo, y desde muy pequeña empezó en esa enseñanza, ahí en esa academia de corte y confección, se hizo todo una experta, sus trabajos eran muy solicitados, hasta que esa empresa multinacional de aquellos tiempos, en ese barrio de Estrecho, ahí en la calle San Enrique, el departamento de Manufacturas del Vestido, que estaba en ese lugar cerquita de esa famosa calle Infanta Mercedes, de la firma Cortefiel, ahí en esa empresa que después de un tiempo se traslado al pueblo de Fuencarral, allí hasta su jubilación estuvo trabajando CARMEN SÁNCHEZ VALLEZ, esa nuestra Carmencita, que un día apareció por BELMEZ, de la mano de esa gran belmezana Magdalena Sánchez Nevado, apenas con unos veinte años, llegó a esa calle Nava, número siete, la casa de Fulgencio Sánchez y Candelaria Nevado, en esa familia belmezana fue recibida con los brazos abiertos y ya llegó a ser una más de la familia, su exposición de cariño hacia todos, Severo, Fernanda, Manolo y Magdalena, fue un clamor, lo mismo que con toda los demás familiares y desde ese tiempo Carmencita, se convirtió en esa belmezana que tanto todos los belmezanos y belmezanas queremos.
Son ya muchos años de entrega por ese lugar que ella tanto ama, su BELMEZ, son ya desde aquella mañana que entró en esa calle, cincuenta y cinco años, estando al lado de ese pueblo, en esta ciudad, ingreso sin dudarlo en esa gran familia belmezana de residentes en Madrid, desde su fundación, Juan Peñalta Castro, junto con Magdalena, en todos esos años, estuvieron ahí junto a todos los paisanos que formaron esa gran asociación, Carmencita fue muchos años directiva y la verdad que fueron muchos eventos organizados donde se dejó el alma en la defensa de ese nuestro pueblo a pesar de estar a cuatrocientos kilómetros, ese arraigo a BELMEZ, sigue intacto, en todas las conversaciones telefónicas y en presencia, siempre está en su alma ese bello rincón que todos tanto amamos, y nunca me cansare de decir, toda la entrega, todo ese compromiso muy demostrado en todas las actuaciones que se hacían a través de nuestro Ayuntamiento, ellas las dos, estuvieron en todas esas marchas belmezanas, reivindicando mejoras para nuestro pueblo, Carmencita, siempre ha estado de este pueblo nuestro, y es mecedora de este pequeño reconocimiento a su gran labor en pro de Belmez.
Los años van pasando y pasando, ya tiene una edad avanzada y tocada en salud, pero esa arrogancia en la lucha por Belmez, siempre la tiene presente, en esta ciudad, en su barriada donde vive, todos sus amigos y vecinos, conocen nuestro pueblo, cuantas veces en esas horas en su iglesia parroquial, transmite a su párroco todo lo bueno que tiene ese pueblo en el corazón del alto Valle del Guadiato, de verdad y de corazón, ella y Magdalena, son unas embajadoras permanentes de nuestro pueblo y eso de corazón se lo agradezco, por todo lo que nos han dado a lo largo de tanto años.
Antes de terminar, decir que siempre fue un placer compartir con ella, todo ese tiempo que le dedicamos a esa asociación en esta ciudad de Madrid, gracias Carmencita, gracias Carmencita y Magdalena, por todo lo que nos diste y que fue mucho.
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