En esta complicada vida, en este día a día, cuantos momentos de estar ahí al lado de esos seres queridos y por los que darías tu vida, a cuantas mujeres he visto tirar para adelante, buscando y buscando para que en su casa no faltara de nada, muchas perdieron de pequeñas a sus padres por distintos motivos y algunas en tragedias nunca comprendidas y además en edades muy tempranas, cuando mas les hacia falta ese benefactor, ese padre, ese referente, duro muy duro para todas esas mujeres que en sus entrañas sintieron ese vacío, y que con el trabajo de esa gran madre, tiraron para adelante, mi mas sincero reconocimiento para estas mujeres valientes, muy valientes y que gracias a Dios, supieron dar esa lección para muchos en esos difíciles años de la posguerra española.

Hoy quiero hacerle ese reconocimiento mas que merecido a un mujer belmezana, que vivió de cerca esa triste experiencia en su juventud, es la mas pequeña de todos esos hermanos y hermanas, Antonio, Esperanza, Soledad, Consuelo, Ascensión y Concepción, Conchi como la llamamos todos sus paisanos y amigos, Conchi, es esa clase de mujer valiente, emprendedora, trabajadora hasta el límite, una mujer entregada a su familia y a esa forma de entender la vida, luchadora hasta el infinito, muy querida en todo el entorno donde vive, ese bonito pueblo de BERJA, y muy conocida por su extensas relaciones, casada con un belmezano Francisco Pardo y con tres hijos, Mari Conchi, Francisco Javier y Sara Eva, sus raíces belmezanas intactas siempre, su pueblo lo adora y siempre que puede, vuelve por ese bello rincón, una mujer fuerte muy fuerte y con una gran fuerza, el estar a su lado es sinónimo de pasar un rato muy feliz, ella es sinceramente una gran mujer, tiene una larga experiencia laboral, y con una gran calidad humana con todo el mundo, abierta, alegre, y como decía al principio muy familiar, su nobleza la puedes tocar con las manos, cuando la tratas, es todo sonrisa e intenta que cuando estas a su lado ese momento lo recuerdes siempre, podía enumerar muchas de sus grandes virtudes, son muchas las suyas, y su saber estar, su forma de atender a todo el mundo, su carácter humano y como no podía ser de otra forma, esa sensibilidad familiar la hace muy grande, muy grande.

Ya termino para decirles a su familia, marido, hijas e hijo, CONCHI, siempre dignifica y dignifico ese gentilicio de BELMEZANA, por donde paso y lo hace a diario en esa tierra donde vive, pero siempre con el pensamiento en ese referente ese castillo, que lleva en su corazón, gracias señora Conchi, por ser como eres, desde Madrid, un abrazo enorme, y que Dios te de mucha salud, gracias de todo corazón.

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