9 de octubre de 2017 | Daniel Solano
Su sueño se hizo realidad
Siempre dejó ese saber estar delante del toro
Su sueño se hizo realidad
Hay que estar siempre al lado de todas esas personas que aman a sus profesiones, a todas esas personas que sienten ese sueño de realizar todo lo que ellos viven en esas horas de soledad, pensado en todo lo que puede suceder a su alrededor, esos momentos y esas vivencias son muy importantes para curtirse y poco a poco ganándole espacio a ese anhelo, ese especial momento de estar al frente de ese toro deseado.
Cuando amas una profesión y sigues los consejos de ese maestro que está a tu lado, apoyándote y enseñándote todo lo que rodea ese espectacular mundo del toro, todos esos entresijos, todas esas materias de aprendizaje, que a las postre son fundamentales en la preparación y formación de esa nueva figura que empieza a emerger y que con el sentido puesto en todo lo aprendido, saltan a esos ruedos de todas España, ha dejarse ese sentimiento taurino, dejar plasmado toda la sobriedad en esas largas mañanas y tardes de duro aprendizaje, eso se nota, cuando el empezar, le llega a la gente esas grandes clases y esa nueva figura va apareciendo y apareciendo en esos cosos taurinos y transmite todo ese grandioso argot taurino.
Hoy de pleno derecho, quiero hacerle un pequeño reconocimiento a esta profesión y a la vez a uno de esos muchos chavales, que fueron muy bien dirigidos por esos maestros, enseñándoles todo lo respetable de este difícil mundo del toro, FRANCISCO JOSÉ LEAL ARELLANO, nuestro CURRO LEAL, dignificó todo el tiempo que estuvo en ese mundo taurino, pasando por esas categorías, que te la va dando tu comportamiento y tu buen hacer, en todo lo que significa vestirse de luces, grandes tardes nos dio en Belmez, Córdoba, en otras plazas de nuestra provincia, en la comunidad de Madrid, Colmenar Viejo, que buena tarde noche fue esa, esos triunfos en Córdoba y sobre todo, lo que pudimos disfrutar con su toreo y con la forma de plasmarlo en nuestra Centenaria, que se ponía muy contenta cuando albergaba en su interior, a esos toreros belmezanos, ella se engalanaba, y los recibía con todo el cariño del mundo, y desde las alturas nuestro referente desde la torre del homenaje seguía el paso a paso, lance tras lance y todo ese desarrollo taurino, disfrutando como uno de sus hijos, seguía paso a paso todo lo que representa el mundo de los toros.
Cuanto trabajo, cuanto sufrimiento, cuanta alegría al cortar esos apéndices, cuanto trabajo de sus padres alrededor, cuantas personas ahí a su lado apostando por este gran torero, Adelardo, y ese nunca olvidado y añorado Higue, todos con él, Curro, era nuestro patrimonio, curro levanto pasiones y una persona que siempre estuvo ahí, junto a él y que se merece uno de los mayores agradecimientos, Javier Rodríguez, ese JAVI, que tanto queremos los belmezanos que nos gusta esta fiesta nacional.
Bueno el tiempo va pasando y pasando, pero las historias queda ahí y en BELMEZ, tenemos nuestras historias taurinas autóctonas y esta es la de este gran torero que dejó tardes de entrega, de saber ese gran oficio, de dejarse la vida en esos duros momentos, todo mi respeto por su toreo, por su forma de enfocarlo y por darnos esas tardes donde nos sentimos muy felices al verlo haciendo el paseíllo en esta nuestra Centenaria, con él estuvieron muchos aficionados que fueron muy felices esos años, de la misma forma que también lo fuimos con Manuel Ventura, y otros mas que nos dejaron ratos y momentos difíciles de olvidar.
Ya termino, para agradecerte FRANCISCO JOSÉ, CURRO LEAL, todo lo bueno que nos diste y que fue mucho, gracias de todo corazón.
Desde Madrid, un fortísimo abrazo de torero.
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