20 de agosto de 2017 | Daniel Solano
Ese arraigo malagueño indestructible
Ese arraigo malagueño indestructible
La vida te da oportunidad de conocer a muchas personas, y eso te permite, entablar una serie de comunicación con ellas, en este viejo Madrid, en esa gran mescolanza de personas que hacen la vida cotidiana de esta ciudad, siempre es muy agradable en ver a personas que siente ese cariño especial hacia su tierra, en este caso que hoy me ocupa, he tenido la suerte de conocer y tratar a una de esas personas que tienen el sentimiento andaluz muy arraigado, me he identificado con él, porque en su lugar de trabajo, realiza una labor extraordinaria, su atención a todas las personas por este bar restaurante Galleta, en esa corredera baja de San Pablo es extraordinaria, una calidad en el trato y un servicio ejemplar, la verdad que estos sitios, son parte muy importante de un valor culinario y todas las personas que lo visitan, salen contentos, ya que como decía, las atenciones y ese gran servicio unido a esa estupenda cocina, hace que sea un lugar muy visitado por muchísima gente.
Hay una canción que se cantaba mucho en esta ciudad y decía la letra: Cómo reluce, como reluce la calle Alcalá, cuando bajan y suben los andaluces.
MANUEL GARCÍA ACEDO, es ese malagueño, que hace patria de su tierra, es el encargado de este bar restaurante, y es parte de ese alma de un trabajo eficaz, en ese local, hay sitios que los hacen importantes esta clase de personas, como decía, su trato es exquisito, atento, educado, y con una profesionalidad fuera de toda duda, él añora a su Málaga bella, a su calle Larios y esos paseos por la costa de la playa con su bicicleta hasta ese lugar emblemático de ese litoral malagueño, ese sito esa playa del Palo, desde donde de nuevo volvía en esos largos paseos.
Manuel, es muy valorado en su lugar de trabajo, está muy contento, y hace que las personas que visitan el lugar donde trabaja, se despidan de él y de sus compañeros, una vez terminado esas felices horas en esos almuerzos y cenas.
Manuel, me decía en referencia a la feria malagueña que está ahora activa, que bueno, la echa de menos, pero que él es cofrade, su semana santa malagueña, intenta por todos los medios, ya que adora a todos sus pasos que esta ciudad aporta a ese semana santa.
Cuando te encuentras a un paisano andaluz, como el que escribe, que tiene unos sentimientos muy arraigados a esa tierra que la vio nacer, a sus padres, hermanos y familia, que hace de su trabajo ese clima hermoso, sólo puedo decir “chapeau”, gracias MANUEL, por ese maravilloso rato que nos hiciste pasar.
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