Han pasado muchos años, muchos, pero todavía están en la memoria de todos los que tuvimos esa suerte de enfrentarnos a ellos y esos que también disfrutaron desde la grada de ese gran fútbol que desplazaron, eran un conjunto de chavales, todos nacidos en ese gran pueblo y algunos en pueblos limítrofes, en una palabra en esta digna comarca futbolística.

Esa década de los setenta-ochenta, dejó en ese terreno de juego de ese estadio de Casablanca y en campos de nuestra provincia, un fútbol nunca olvidado, apenas con dieciséis años algunos, y bajo la dirección de esos dos buques insignias del fútbol de esa ciudad, el añorado Parrilla y también el añorado Usagre, cuanto les enseño y cuanto estos chavales aprendieron a su lado, dejando ese pabellón en lo mas alto, también diré que hubo otras grandes épocas y otros grandes jugadores que nunca obviaremos, sabemos de su calidad y sabemos todo el esfuerzo y cariño que dejaron vistiendo esa magnifica camiseta roja y ese pantalón azul, representativo del deporte del fútbol de cómo he dicho antes, de ese gran pueblo.

Hoy le quiero hacer un reconocimiento a uno de ellos, ese jugador estrella, ese jugador valiente, ese jugador que se dejaba el alma por ese club, ese jugador que siempre fue un compañero exquisito, ese marcador nato con esa fuerza que le caracterizaba y de esto lo sabemos algunos, lo tuve de marcador y de verdad que complicado me lo ponía.

Estoy comentando sobre ese número dos, ese lateral derecho Manuel Conde, que formaba junto a Felipe, q.e.p.d. y siempre recordado, Rebollo, Parra y cerrando esa parcela ese pedazo de portero Paco, que completa faceta de esa parte de atrás.

MANUEL CONDE, era ese compañero, ese hombre que asimilaba todo lo que le decía sus técnicos y los llevaba a la práctica, este chico de la barriada de la estación era todo un ejemplo de cómo hay que querer esa camiseta y de cómo hay que sentir esos colores, y la verdad que en todo ese tiempo que le dedico al equipo de su pueblo, fue muy digno y siempre cuando se vestía esa camiseta la supo dignificar con todo orgullo.

En ese equipo, se juntó una calidad tremenda de jugadores y fueron parte muy importante en esta historia deportiva, ese centro del campo, de Lolillo, Pilli, Calvete, Molina, Sánchez, Caballero, y otros, y en esa parte de arriba, con Antonio, Chencho, Lozano, Aranda y mas y mas, de verdad, todo un verdadero espectáculo verlos.
Decir que el tiempo sigue pasando y otros grandes jugadores como Vicente, Juli, Pedro, Fernandito y muchos mas marcaron esa historia deportiva, a ellos y a todos los demás, hasta la actualidad, siempre como deportista y vecino de esa comarca le estaré profundamente agradecido.

Antes de terminar, quiero decirle a este amigo mío, que tanto su vida deportiva como su vida laboral en esa empresa, dejó ese recuerdo de una gran persona, y que siempre estuvo al lado de todo el mundo, MANOLIN CONDE, ese chico de la Estación, ese pedazo de carpintero, es una persona que merece mucho la pena tratarlo y conocerlo y Peñarroya Pueblonuevo, tiene a este hijo en sus adentros y la verdad sólo me queda felicitar a su familia y amigos por esta clase de persona que tenéis a vuestro lado.
Desde Madrid, un abrazo enorme con todo mi cariño y mi respeto por esa gran amistad que nos profesamos.

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