19 de junio de 2017 | Daniel Solano
Cuando se ama a su profesión
Cuando se ama a su profesión
En la vida laboral de muchísimas personas, siempre está ese código ético de comportamiento, y ahí enseguida te das cuenta de la profesionalidad a la hora de plasmar sus funciones en esa jornada laboral.
Hoy quiero hacerle un pequeño reconocimiento a dos personas, que como estoy comentado, fueron parte importante en ese servicio ejemplar, dos personas amantes de su profesión y que todo momento que nos atendieron dejaron esa impronta de cómo había que hacer ese servicio en ese comedor, donde desarrollan su vida laboral.
Todo esto ocurrió este sábado pasado en esa bonita ciudad turística de Segovia.
Ahí en ese referente de locales con mucho esplendor, ya que son ya muchos los años que llevan ofreciendo unos grandes servicios en esos restaurantes, y una calidad muy contrastada en esos manjares que ofrecen a su clientes y personas que visitan esta bonita ciudad, casa Cándido, casa Duque y casa José María, restaurantes situados muy céntricos, donde las colas de entrada se ve a lo lejos.
Estas dos personas que vengo comentando, trabajan en un restaurante a unos cien metros del Acueducto, un rincón espectacular en esa calle central peatonal, EL SECRETO DE SAN CLAMENTE, ahí en ese espacio pude comprobar la alta calidad de estas personas que me atendieron y con la educación y el respeto hacia todos los comensales, que ese mediodía estábamos ubicados en ese espacio.
ALFONSO E IRENE, son los nombres de estas dos personas, desde estas líneas, le quería decir a sus JEFES, o propietario de dicho local, que se debe de sentir usted, muy afortunado al tenerlos en plantilla, porque estas dos personas, hacen que su restaurante esté en boca de muchas personas que hemos tenido la gran suerte de haber comido en ese local, no siempre las buenas comidas, hacen grande a los restaurantes, lo hacen grandes, esta calidad de personas que defiende ese puesto de trabajo con una entrega, un cariño, un respeto y una gran dedicación en las tareas de sus funciones y eso quedó de manifiesto este sábado pasado y que lo pude comprobar en directo con mi mujer en esa estupenda comida.
Ya termino, dándole las gracias a ALFONSO E IRENE, por ese trato cordial, por ese gran saber estar y por esa gran profesionalidad que ambos tienen en las funciones de su trabajo, y como no puede ser de otra forma, la próxima visita a esa bonita ciudad, volveremos a estar para disfrutar de ese servicio ejemplar.
Desde Madrid, un fortísimo abrazo, para ese segoviano y para esa asturiana de Pola de Elena afincada en esa ciudad.
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