5 de diciembre de 2016 | Daniel Solano Sújar
Carta al amigo Antonio
Carta al amigo Antonio
A veces escribir algo sobre una persona a la que has tratado durante toda la vida, y siempre fue una verdadera alegría el poder haberlo hecho, cuando tienes que hablar ya en pasado, porque tristemente ya no se encuentra entre nosotros, es muy, muy complicado, han pasado los años y en mi mente aún está muy fresco todos esos recuerdos de niño, era un verdadero placer ver en la tarde de los domingos a nuestra banda municipal, salir del Ayuntamiento tocando por la calle y dirigirse a ese lugar en el parque para amenizar la tarde, desde aquél precioso quiosco de la música,
que después desapareció de nuestros recuerdos, ese bonito lugar, esas tardes todos esos profesionales atentos a la dirección del director D. ALEJANDRO GALA, y esas partituras se convertían en unas delicadas canciones musicales que a los que en ese momento nos encontrábamos en ese precioso rincón belmezano, nos sentíamos muy orgullosos de nuestra banda municipal.
En ella uno de los más pequeños, era mi amigo entrañable ANTONIO RODRÍGUEZ, sobrino del director, D. Alejandro era una persona muy apasionada por su trabajo y la verdad muy recto en las funciones de director se distraía, pues ya sabe lo que le esperaba, y su sobrino se llevaba
más de una regañina por su continua distracción.
La verdad que siempre me acordaré de esta banda de música por esos años y por todo lo que aportó a nuestro pueblo, de la misma manera que todas las que después fueron saliendo, dejándonos esos maravillosos momentos en sus actuaciones.
La vida iba pasando y pasando, llega los continuos cierres de trabajo en nuestra zona y comarca minera, esa década de los cincuenta-sesenta y algunos años más, empezó el terrible éxodo que aún no hemos podido frenar, hubo que salir y buscarse
la vida en otros derroteros, otras ciudades y países de nuestra Europa buscando el sustento económico, no había más remedio y bueno en ese tiempo, mi amigo ANTONIO, emigró a la parte norte de nuestro país, por la zona de Bilbao, donde paso muchos años de su vida laboral, en los veranos se acercaba a su pueblo, y era muy feliz, siempre te lo encontrabas en casa José Cerrato, casa de la calle Real, ahí me lo encontraba cuando coincidíamos en el pueblo y la verdad que era una delicia el compartir con el esos momentos belmezanos.
Antonio, una vez jubilado, regresa a su pueblo que él tanto quería, se instala en la calle Pozonuevo, frente a la casa de mi suegro, y bueno en esas muchas visitas que le hago a mi querido pueblo, lo encontraba y era un verdadero placer el poder conversar con él, una persona entrañable y con un sentido de la educación muy arraigada.
AMIGO ANTONIO RODRÍGUEZ, siempre se dice que cuando alguien nos deja, es cuando mejor de habla de ellos, yo sólo quiero decirte amigo, que en todos los años que tuve la gran suerte de conocerte y tratarte, fue un verdadero placer, esto ya te lo decía yo en nuestras numerosas charlas que mantuvimos siempre, pero ahora quiero incidir más, tú eras de esa clase de persona que deja huella en el corazón de todos los que tuvimos esa suerte de conocerte en nuestras conversaciones
hablábamos de fútbol, de religión de política y siempre hubo ese respeto por las ideología de cada uno, éramos distintos en nuestras matizaciones a la hora de expresar nuestros sentimientos políticos, pero ese respeto por la idea de cada uno, siempre estaba presente, sinceramente tengo que felicitar al partido POPULAR DE BELMEZ, por tener en su partido a esa gran persona, un hombre bueno, un belmezano lleno de arraigo hacia su tierra, una persona con unos valores muy dignos y sobre todo con una especial educación y un respeto absoluto hacia todo el mundo.
Amigo ANTONIO RODRÍGUEZ, ese cafecíto que a veces nos los hemos tomado en muchas ocasiones era una delicia el tomarlo junto a tu persona, se que cuando de nuevo llegue a ese rincón que tanto nos unió, ya no podré saludarte físicamente, pero si se que en mi corazón hay un hueco para ti, ya para toda mi vida, ya sólo me queda decirte, que te echaré de menos, que fuiste un hombre muy honesto y muy respetuoso en tu comportamiento con tus paisanos, que defendiste unas ideas con el mayor de los aplausos y que en esa exposición de tu sentimiento político, dejaste muy claro la clase de persona que eras. Gracias Antonio, por todo lo que nos diste y nos regalaste en vida, siempre estarás en mi recuerdo y el de muchos belmezanos que te apreciaban y que te querían.
Y esa tertulia peñarriblense nunca dejarán de acordarse de ti.
Hasta siempre AMIGO ANTONIO.
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