La vida va y va, el tiempo pasa y pasa, y aquellas promesas cuesta que se cumplan, y la verdad que me gusta recordar a esas personas buenas, que en un tiempo importante de mi vida, lo traté muchísimo, y sentí en todo momento ese cariño hacia mi persona, cuando tenía esa gran oportunidad de vivir junto a él momentos increíbles, su carácter era acogedor y siempre tenía esa palabra dulce hacia todo el mundo, nunca le vi disgustado, le encantaba el fútbol y en especial su Barsa, acudía todos esos días cuando ese equipo suyo, tenía su hora de emisión, ahí estaba para disfrutar de ese equipo que le hacía tan feliz, Alonsin, era esa clase de persona que te encantaba estar a su lado, cuanta sapiencia ,conocía la historia del Recreativo desde su fundación, le encantaba hablar y comentar mucha historias de esos grandes jugadores de aquella época, y conocía de primera mano todo lo que rodeaba a ese club, cuantas cosas me contaba de los Cantero, Del Rey, Antoñin Fernández y tantos otros, su pasión por el fútbol la transmitió a sus sobrinos, y de verdad dio en toda diana, algunos de ellos dejaron el pabellón en lo más alto defendiendo esa nuestra camiseta blanca y azul y con una calidad asombrosa.
En mis tiempos de jugador del Pozoblanco, allá por la década de los setenta, le gustaba mucho el hablar conmigo de ese equipo, él tuvo la oportunidad de vernos en alguna ocasión, y sé que a la gente de ese maravilloso pueblo de POZOBLANCO, les decía con mucho orgullo, que buenos son los choriceros esos, Cobos y Solano, de verdad, cuando bajaba esos domingos a ver al Recre, era todo una alegría inmensa, viendo a sus sobrinos vistiendo esa camiseta que él tanto quería.

Alonso Jiménez, desde la década de los sesenta-setenta estaba en su silla de ruedas, a consecuencia de un accidente fortuito de mala suerte, pero esto a pesar de lo mucho que significa estar ahí ,su humor era una delicia, siempre contento y dando un ejemplo en esos duros momentos, ya que no es fácil para nadie ,esa situación tan dura y difícil, decir que su maravillosa familia, estuvo en todo momento junto a él, y era un ejemplo de comportamiento hacia su hermano, por parte de todos, hermanas, cuñados, sobrinos, sobrinas y esa calle emblema de BELMEZ, porque en ella se pasaba las horas y las horas, hablando con su vecinos y amigos que acudían a verlo, ahí al lado del almacén en tiempos de Manolo Tena y Miguel Paquico, ahí eché muy buenos ratos en ese espacio, que es donde desarrolló su vida y que en un momento se comentó de ponerle su nombre a ese trozo de calle, creo sinceramente que deberían retomar ese opción, porque pienso sinceramente que ALONSO JIMENEZ JARILLA, aportó a su pueblo, una vida llena de cariño hacia todos sus paisanos y familia y en todo momento fue esa persona que dignifico con mucho orgullo la palabra belmezano.

En la vida social de nuestros pueblos y comarca, te sueles encontrar con personas con unos perfiles llenos de elementos importantes de solidaridad, personas que en silencio están ahí ayudando y ayudando, y son meros portadores del sentir esa admiración hacia ellos, y uno de estos era este hombre, que a pesar de lo mucho que tuvo que aguantar en esas circunstancias, nunca tuvo esa palabra o mal gesto hacia nadie.

He tenido y tengo esa gran oportunidad de haber convivido con esta gran familia belmezana, y la verdad, sólo puedo decir que me siento muy feliz de el haber podido conexionar con ellos, y de que me consideren un amigo de toda esta buena familia.

Creo sinceramente que los belmezanos debemos de estar más unidos, y querernos mas y mas, eso conduce a una buena armonía y es muy importante para las relaciones humanas entre todos nosotros, Belmez, es algo muy especial y sus gentes también, eso ya lo hemos demostrado en muchas ocasiones, por esto siempre voy a potenciar esa bonita palabra y que nos sentimos todos muy felices cuando nos la nombran, Belmezano y Belmezana en una forma de ser y de sentir.

Y termino dándole una abrazo enorme con todas mis fuerzas a esa familia, Dávila, Jiménez, Romero, Jarilla, orgullo del pueblo de BELMEZ.
Y a ti ALONSIN, y ALONSO, tío y sobrino y demás familia, allí donde estéis, saber que os queremos mucho y que nunca os olvidaremos y que siempre estaréis en nuestro recuerdo.

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