22 de octubre de 2016 | Daniel Solano Sújar
Ese jardín Renfe
Ese jardín Renfe
Quien no ha escuchado ese gritos de los niños corriendo detrás de aquella pelota nerviosa en cualquier lugar del mundo, en esas calles, donde salen los grandes genios futbolísticos, ese fútbol de barriada, que nos une para toda la vida, cuanto de pequeños, nos gustaba jugar contra la calle, tal y cual, de verdad, esa pelota blanca y ese balón de correílla, después aquellos de válvula y soltar las botas de espais por aquellas de taco de goma y más tarde la de aluminio, para jugar en esos maravillosos terrenos de césped, bueno, la vida va y va, y las nuevas tecnologías se van acoplando a este genial mundo del fútbol, que tanto sirvió y sigue sirviendo en esas relaciones humanas, que es lo que más importa, el tener esos amigos para toda la vida y todo gracias al mundo del fútbol.
Como decía al inicio de este escrito, ese fútbol de barrio y de esas calles inolvidables, hoy quiero dedicarle este escrito a un lugar de donde salieron excelentes jugadores y que representaron al equipo de su pueblo de la mejor manera posible, ellos, eran y son parte importante en ese larga historia del fútbol belmezano, y en aquellos partidos que se realizaban junto al depósito del agua, era duros de roer, ese jardín Renfe, nos dejó para siempre a estos grandes jugadores, como he dicho de una alto nivel futbolístico, empezamos por Ramón López Gallardo, RAMONCIN, pese a su baja estatura en ese centro del campo era una autentica pieza del engranaje de ese equipo magistral la Estrella, Juvenil del Recreativo Belmezano, su calidad enorme, se situaba de una manera espectacular y le daba a su equipo ese aire ganador, incansable, en ese esfuerzo desmesurado y la verdad la camiseta la sudaba, bien sudada, cuando los sistemas técnicos era dos medios en ese gran centro del campo, donde había que moverse mucho, Ramón dejo una estela muy alargada por ese gran trabajo que hizo con esas camisetas, la amarilla de la Estrella y la blanca y azul de su Recreativo.
Su hermano el LOLO, otro buen pelotero, tenía un regate fenomenal y la verdad que ese extremo derecho del equipo de los Maestros, dejaba siempre ese toque especial en esa jugada que nos abría las puertas del marcador, Manuel López Gallardo, el Lolo, se dejó por esos campos de Dios, su alma por la camiseta que también vistió de su Recre.
En esos años de la década de los sesenta-setenta, aunque el Recreativo Belmezano, no estaba federado, se hacían partidos de feria y otros con nuestros pueblos colindantes, y muchos chavales jugaron aquellos partidos, y que al recordarlos es siempre un placer, Antonio Barba Rodríguez, otro de ese espacio tan querido en Belmez, como es siempre, ese Jardín Renfe, un lateral derecho muy técnico, podía ocupar otros espacios en el terreno de juego, muy difícil de pasar, y su calidad la dejaba constantemente cuando tocaba ese balón, la verdad, tuve la suerte de jugar con él y disfrutar de su gran fútbol, para él y para todos aquellos que estuvieron ahí en esos años, mi más sinceras felicitaciones.
Gabriel López, GABRIEL EL DEL JARDIN, llego a Belmez procedente de Belalcazar, por el trabajo de su padre en RENFE, tres hermanos, uno que con un problema de visión, pero un crack, por todo lo que le ha dado a este nuestro pueblo, su hermano Antonio, también hizo sus pinitos en esto del fútbol, y GABRIEL, que hizo de todo por su Recre, un defensa de alta escuela, técnicamente fenomenal, las dos piernas las usaba en ese gran fútbol que lleva dentro, siempre al lado de ese equipo que el tanto dignifico como jugador y como persona, me encanto jugar aquellos partidos de feria junto a él, y hoy a pesar de los años, cada vez que le veo por el pueblo me alegra verlo, un amigo de siempre y que siempre está ahí en ese saludo cariñoso hacia mi persona, Gabriel, dio lo mejor de él, siempre por su RECRE.
Claudio Calvo , otra gran persona de ese jardín Renfe, jugaba en esos equipos del pueblo, junto a sus amigos de siempre, ahí se empezó a consolidar esa amistad y después en esas escuelas belmezanas, se llegó a fraguar de una manera sólida y a pesar de la distancia, por su emigración y su trabajo en Renfe, nunca perdió ni un ápice de sentir todo lo relacionado con el fútbol belmezano, una persona entrañable y muy amiga de sus amigos.
Pepín Lechado, y la palabra gol, han ido siempre muy unidos, en esa década de los setenta-ochenta, esa camiseta con el número nueve era suya, he visto a lo largo de los años, como ya he dicho en otras ocasiones, a muchos jugadores de nivel, y la verdad, portentos en esto del fútbol, pero también debo decir que este chico del jardín Renfe de Belmez, tenía una pegada tremenda, y a la vez muy bien dirigida ,le he visto marcar goles desde unos cuarenta metros y el balón era un obús, un disparo terrorífico, no exento de esa calidad contrastada, rápido en la salida de ese regate comprometido y difícil, y la vista siempre arriba, buscando siempre la mejor situación del compañero, y una forma de entender esto del fútbol de una forma magistral, pero lo mismo o mas de magistral era su humildad, y su comportamiento lleno de una educación exquisita, valor muy importante cuando estás en un colectivo, sinceramente PEPIN LECHADO, dejó en Belmez, ese importante sello de cómo hay que defender esa camiseta blanca y azul, y desde este escrito le doy sinceramente las gracias, haciéndolas extensivas a todos los demás compañeros de esos dorados años.
Y ya voy a terminar, hablando de otro más de ese nuestro JARDÍN RENFE, Paquito Calvo, que gran persona, su condición física en el aspecto de esto del fútbol, genial, el balón lo acariciaba, una muy depurada técnica, que hacía valerla en esos espacios cortos lo mismo lo hacía en el campo de fútbol que en el futbito, esa camiseta blanca y azul la hizo más grande, cada vez que se la ponía y con una virtud muy importante, jugando y dando ánimos a sus compañeros, las cualidades humanas de esta persona son dignas de alabar, porque con su forma de ser, hace grande muy grande el fútbol que atesora, gracias Paquito, por ser como eres.
Decir que en ese jardín, han pasado y pasaran muchos más, a todos mi cariño y mi agradecimiento, y aunque no estén en este escrito, son tan importantes en esto de nuestro fútbol como todos los demás. Os reitero mi agradecimiento a todos por lo que nos diste.
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