He conocido a través de mis años viviendo de cerca este mundo del fútbol, y la verdad fue siempre un acicate de grandes relaciones, esas que nacen dentro del organigrama, del sentimiento de esa defensa común de un escudo, en ese momento dónde estás jugando, esos día y esas largas temporadas, nos llega a unir más y más, y nace en ese entorno una gran amistad, que nunca deja ya de abandonar, esos momentos futbolísticos, esas alegrías y esas decepciones en esos espacios deportivos, nos hacen ser más cercanos, más humildes y más solidarios, todo esto lo he comprobado en mi persona y en esos amigos que tuve la gran suerte de tratar por esos campo de Dios, de verdad al final lo que queda, como he dicho anteriormente, es esa clase de amistad duradera, bastión muy importante para todos aquellos que supieron guardar.

Siempre voy a decir, que suerte tenemos, por poder contar, expresar todas esas vivencias, deportivas, culturales, políticas, religiosas y el poder plasmarla en este medio de comunicación, la verdad, todos los medios de la comarca del Guadiato, prensa escrita, radio y digital, cada día nos acercan todas las noticias en relación a nuestra comarca, y eso es un trabajo que dignifica a todas esas personas que están día a día, buscando esa noticia, trabajando y trabajando para que a través de estos medios, todos conozcamos de primera mano el día a día de nuestra comarca.

Hoy, quiero contar en este medio de comunicación infoguadiato digital, el eterno trabajo por el fútbol, de una persona, que desde pequeño ya dejaba esa clase en ese antiguo campo de luna, en ese terreno de tierra, su calidad contrastada, la saboreaba esa gran afición pozoalbense, tuve la gran suerte de jugar en el año 1971, junto a él, muy pequeñito apenas unos quince años, rubito, con poco peso, él junto a nuestro Vibertti, Redondo, el mayor de los hermanos, ese gran defensa que lo bautizamos con ese nombre, por el jugador argentino del Málaga, ellos dos eran muy niños, pero como se desenvolvían en el terreno de juego, bajo las órdenes de los míster, BONI Y PARRA, ambos ya fallecidos.

Pedro LUQUE, desde que empezó a corretear ese entrañable campo de nuestra señora de Luna, ya se le veía, que el fútbol era su ilusión, su vida deportiva es muy amplia, amplísima, su C.D.Pozoblanco, lo defendió durante muchos años, trabajó y sigue trabajando por el fútbol de ese gran pueblo, paso a dirigirlo, siempre ligado al fútbol, lesiones, trabajo y trabajo hicieron de él esa persona referente, siempre le agradeceré el haberse vestido esa camiseta de mi RECREATIVO BELMEZANO, y como lo hizo, su sencillez y su gran categoría humana, la dejó impregnada en esa camiseta, de verdad hay personas que dejan huella y esta es un de ella, Pedro Luque, pese a su enorme calidad, era muy cercano y muy generoso con sus compañeros, su calidad la dejaba en esos campos ,y su humildad le hizo cada día ser mas grande, todo esto supo una vez retirado físicamente de los estadios, trasmitírselo a su hijo e hija, los dos siguen esa pasión por el fútbol, la chica juega en el Pozoblanco acaparando ya bastantes éxitos y su hijo, de pequeño pasó por las categorías inferiores del Español, tuvo una fuerte lesión, y hoy actualmente de nuevo juega en el Villarrubia C.F., después de pasar la pasada temporada en el Manzanares, ha vuelto a ese equipo manchego, haciendo un trabajo enorme, sus goles son muy vitoreados, en esos campos donde deja muy claro los genes de su padre, esa calidad y sobre todo ese respeto por el fútbol, por los entrenadores y con los compañeros.

Asignatura que siempre la supo llevar Pedro Luque, por donde pasó, podía estar pegado al teclado y escribir y escribir ,son muy grandes las historias deportivas de este gran pozoalbense, las tertulias deportivas durante tantos años en su lugar de trabajo, esos lunes donde sus paisanos se acercaban a hablar del equipo de su pueblo, ese C.D. POZOBLANCO, ese equipo de aquellos grandes jugadores, en los que se encontraba un amigo común nuestro, ANDRES EL MARUXA, cuanto le dio a su Pozoblanco, ¿verdad amigo Pedro Luque?, referente importantísimo, como esa gran persona, trabajador incansable, en su corazón lleva grabado a fuego su escudo, Manuel García Cano, firme baluarte de cómo hay que querer al club de tu pueblo.

Gracias amigo Luque, nombre futbolístico, que se paseó con todo honor, por esos campos de fútbol, te agradeceré siempre todo lo que nos diste y nos regalaste que fue y mucho.

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