En la vida deportiva de nuestros pueblos, está muy arraigado el sentimiento a esos colores que llevas muy adentro, sobre todo los que sentimos muy cerca este bello deporte del fútbol, a lo largo de los años, siempre tenemos recuerdos de partidos y etapas inolvidables, y en este caso que me ocupa, la historia desde el año 1947, fecha de iniciación en la federación andaluza de fútbol, este club dejó patente un recuerdo de un equipo ejemplar, a lo largo de sus historia, hay de todo decepciones, alegrías, triunfos, derrotas, pero hay una historia que nunca la olvidaremos, aquél año de 1960 cuando llego a la final del campeonato de aficionados de España, ante el Real Madrid, perdiendo, pero amigo Navarro, dejando fuera de la competición a equipos como el Fútbol Club Barcelona, ese partido de Casasblancas inolvidable.

Debemos de sentirnos todos muy orgullosos de toda esta historia, que nos deja este pedazo de equipo a lo largo de su vida deportiva.

Hoy, quiero comentar con todo el respeto del mundo, la labor incansable de lucha, defendiendo ese camiseta roja, su etapa empezó en la década de los setenta, muy jovencito, pero la verdad, todo ese equipo dignificó con mucha clase, lo que significaba el ponerse esa zamarra, lo viví en directo y la verdad nunca vi en toda mi historia de fútbol compartida en varios equipos, la calidad, la pegada, la garra y la lucha en sus acciones, de verdad un número nueve que movía masas, y que en la grada sabían que en cualquier momento la palabra gol saldría de las gargantas de ese estadio lleno, viendo a esos niños, cómo jugaban a este deporte, Parrilla y Usagre, fueron artífices importantes en el desarrollo del juego de este equipazo.

En el área, había una persona muy lista, sabía jugar de espaldas, su visión y su olor a posibles jugadas, le hacía ver las debilidades del defensa de turno que le tenía que marcar, se que para ellos, era un misión muy difícil, en unos segundos armaba su pierna y el balón lo alojaba en la red en cuestión de segundos, su disparo terrorífico, una pegada magistral y colocaba el balón donde ponía el ojo, muchos goles le vi marcar así, y era un peligro constante en esos noventa minutos que duraba los partidos.

Conocido popularmente como CHENCHO, ese era su nombre futbolístico, ese estadio vio como esa lucha en esa parcela, era su carta de presentación, y ahí es donde juegan los grandes y Chencho lo dejó más que demostrado en todos los años que vistió esa gran camiseta, referente de un pueblo y orgullo de todos los peñarriblenses.

No puedo dejar la ocasión para agradecer enormemente toda la buena disposición a este periódico digital e impreso Infoguadiato.com, por ser un medio que atiende las demandas de todas las personas, para que ellos puedan dejar sus comentarios de la vida cotidiana de nuestros pueblos en todas las facetas diarias, y en todas las actividades, y así de esta forma, el unirnos todos en la defensa del deporte local, ya que el deporte es la mejor vía de comunicación y el mejor ejemplo de unión entre todos.

Han pasado muchos años, pero en nuestras retinas siempre estarán todo lo bueno que pudimos ver y potenciar con todo orgullo el deporte de nuestra comarca, y antes de terminar este pequeño homenaje a un pedazo de futbolista, que en sus años, dejó ese bello recuerdo y que sus innumerables golazos, los dejó en el recuerdo de todos y lo hizo con un corazón muy grande, porque para él, este chico farmacéutico, siempre fue un placer defender esa camiseta que representa a un gran pueblo deportivo, su PEÑARROYA, ese escudo lo lleva grabado a fuego en su corazón, CHENCHO, dignificó lo que supone ponerse esa bella camiseta de esa gran club.

Antes de terminar, quiero desearle a esa nueva gestora que en estos momentos dirige este maravilloso club, que sigan con ese gran esfuerzo ,de darle el fútbol que se merece ese pueblo de Peñarroya, y que su esfuerzo se vea recompensado con un futuro mucho mejor, gracias en mi nombre y gracias por vuestro servicio al deporte local.

---

<< Volver a Daniel Solano Sújar