18 de marzo de 2016 | Joaquín Rayego Gutiérrez

La bamba

─ “Y ANTES DE QUE AMANECIESE ME PUSE EN MAIRENA, QUE ES UN LUGAR QUE ESTÁ HASTA A CUATRO LEGUAS DE SEVILLA”. (MIGUEL DE CERVANTES)

La bamba
La bamba
De El Viso y de Mairena ─dos pueblos unidos por el topónimo común “del Alcor”─ traemos estas canciones de bamba con la misma satisfacción que ya desde el siglo pasado los vendedores pregonan sus naranjas entre las mejores:

─ ¡Naranjas dulces! ¡Naranjas! De Mairena son las buenas…

En esta zona rural situada en “la altura de la altura”, que es lo que designa un alcor, siempre gozaron de renombre sus naranjas, su pan, “el pechugón”─ que es un dulce hecho con huevo, cidra, almendra y una harina especial─ , el “inclinado”─ vino que se elabora para personas inapetentes─, el aguardiente de guindas, los chícharos, el puchero, el cocido de calabaza, las migas, los caracoles, las espinacas alcoreñas, etc…

Productos típicos de la zona que, como sucede con la canción popular, puede que en alguna ocasión tuvieran nombres y apellidos de autor pero que, andando el tiempo, había de ser el pueblo el único soberano, y el más verdadero artista pues, recordando aquella máxima de Benvenutto Cellini, es él quien reconoció la futura estatua que se encontraba en el bloque de piedra sin labrar, y por tanto a quien correspondió retirar todo el material de desecho que ocultaba la belleza de la obra.
Y así vemos surgir en el arte la posibilidad de dos vías: la de elevarse y meditar sobre el sentido de la vida, o la de poner los pies en el suelo, y quedarse en las cosas cotidianas.
La piedra, el árbol, la rueda, la flor, el agua… símbolos que aparecen en esas manifestaciones, nos permiten saltar de un plano a otro, como aprecian los niños en la rayuela, o como aquel otro juego en que el saltador, tomando de apoyo las espaldas de otros, grita en tono victorioso : “¡Al cielo voy!”
Y es así como la copla servirá de base a la diversión, al juego con proyecciones simbólicas, al "roneo" entre enamorados, y a las mil y una formas de relacionarse en sociedad.
De hecho la bamba y las canciones de corro sirven a esta última finalidad de formar parejas, que en sociedades agrícolas encontrarán su tiempo oportuno en los días de fiesta.
La diversión del columpio, con un cierto aire de ritual religioso, ya se practicaba en Grecia y en Roma, aunque no aparezca plasmado hasta el siglo XVIII en las pinturas del francés Fragonard, o en los tapices de Francisco de Goya.
La bamba, como manifestación musical del juego del columpio, es documentada por vez primera en 1868 por José de Bisso, quien en las “Crónicas de la provincia de Sevilla” la define de este modo:
─ “Las vampas o bambas son un doble columpio que se suspende de un grueso árbol, por lo ordinario nogal, y se atraviesa una tabla bastante resistente; colócase en ella la pareja que se mece mientras hacen el corro y cantan e impulsan la vampa. Regularmente cada copla de uno de los del corro es contestada por otra de los del columpio.”

El vasto mundo del flamenco ─ que según el estudioso Arcadio Larrea consta de ochenta y siete cantes distintos, de algunos de los cuales hace hasta un centenar de subdivisiones─ englobó, para su provecho, a este nutrido de canciones popular; concretamente esta copla de cuatro versos octosílabos asonantados ─ también llamada bambera, o cante de columpio ─ la interpretó como nadie Pastora Pavón “La Niña de los Peines”, con aires de fandango.
Posteriormente sería la voz de Naranjito de Triana, arropada en la guitarra de Paco de Lucía, quien le cambiara el tercio, para interpretarla como una soleá por bulerías.

Para que quienes quieran las puedan cantar ahí, ahí llevan un ramillete de lindas canciones, recogidas por mis alumnos en el curso1980─ 81, en Mairena del Alcor:

─ La niña que va en la bamba/ no tiene padre, ni madre
Pero tiene mi cariño/ que es lo que en el mundo vale.

─ La niña que está en la bamba/ es mi novia, y no me pesa
Y me la quiero poner/ de corona en la cabeza.

─ Allí arribita, arribita/ hay una fuente de oro
Donde lavan las mocitas/ los pañuelos de los novios,

─ Allí arribita, arribita/ Hay una fuente de plata
Donde lavan las mocitas/ Los pañuelos y corbatas.

─ Tengo un novio en La Campana/ doscientos tengo en Fuentes
Trescientos en La Luisiana/ y en Carmona ciento veinte.

─ El niño zangolotino/ metido en la bamba está
Quiera Dios que se le seque/ la tripa del cagalar.

─ A la niña que está en la bamba / se lo quisiera decir
Que se baje, que se baje/ Que yo me quiero subir.

─ Las flores de mi jardín/ las cojo con alegría
Y hago un bonito florín/ Para mi hermana María.
 
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