30 de septiembre de 2015 | Joaquín Rayego Gutiérrez

Bolero por compasión

Bolero por compasión
Bolero por compasión
Es a partir de la última década del siglo XVIII cuando en la literatura española se ven reflejadas las voces “bolero”, “bolera”, y “bolerología”, referidas a un tipo de danza española, o a una clase de baile de palillos asimilado al flamenco. Y en este sentido aparecen incluidas en los textos del Conde de Noroña, de Juan Jacinto Rodríguez Calderón, de Sebastián Iradier, de Charles Davillier y de Francisco Rodríguez Marín, entre otros.
Con idénticas connotaciones se expresaba el guitarrista Fernando Sor, compositor de “Las boleras del Caramba”, “para designar una danza española, siempre llamada Seguidilla, en la que un bailarín, llamado Bolero, introdujo pasos que exigían algunas modificaciones en el movimiento y en el ritmo del acompañamiento del aire primitivo. Al aire así modificado se le llamó Seguidilla bolera, y a la danza, Baile bolero, y se ha dado en llamarlo simplemente Bolero... Lo que define al Bolero es el aire, y no sólo el ritmo del acompañamiento. Este ritmo puede variar, sin que el Bolero pierda su carácter...”
Y entre las poesías populares recogidas por Fernán Caballero en 1859 hay un grupo de ellas que aparece bajo el rótulo de “De Boleros”, de las que escogemos las siguientes como muestra:
─ En el alma te tengo/ tan a lo vivo, / que despierto soñando/ siempre contigo. /Y en despertando, / me digo yo a mí mismo: / Vamos soñando.
─ Me miras y te miro, / callas y callo. / Así nos estaremos/ doscientos años. / Mas te prevengo/ que si tú no te explicas/ yo no te entiendo.
─ Me dijiste veleta/ por lo mudable. / Si yo soy la veleta/ tú eres el aire.
Que la veleta, / si el aire no la mueve/ siempre está quieta.

Pero entre las varias acepciones con que el Diccionario de la Real Academia Española define el vocablo “bolero”, la que ahora nos interesa es la que dice: “Canción de ritmo lento, bailable, originaria de Cuba, muy popular en el Caribe, de compás de dos por cuatro y letras melancólicas”.
En este sentido, el bolero es un género musical inventado por Pepe Sánchez, natural de Santiago de Cuba, que ejerció su oficio de sastre a ritmo de música y de versos, y a quien se debe el primer bolero de que se tiene noticia: “Tristezas”, escrito en el año 1883.
La anécdota corre a cargo de su discípulo Gumersindo (Sindo) Garay quien refiere, en su libro de “Memorias de un trovador”, que el mulato Sánchez amén de trovero ejerció de espía, pasando documentación secreta al cabecilla revolucionario José Maceo.
A partir de ahí el bolero─ resultado de la habanera, el danzón, la contradanza, la romanza, la tonadilla, la canción napolitana, y algún que otro ritmo más─ recibió la impronta de otros cantantes, y países, y la influencia de géneros musicales como la rumba, el mambo, el chachacha, el mariachi, y el flamenco, entre otros…
En 1929 este género recibiría el reconocimiento a nivel mundial con “Aquellos ojos verdes”, melodía compuesta por dos cubanos residentes en Nueva York.
Y como suscribe el crítico Juan Montero Aroca, en su libro “Bolero. Historia de un siglo de emociones” (Ed. Tirant lo Blanch, Valencia, 2010):
─ “Después del inicio cubano ya no puede hablarse de la existencia de un bolero cubano, de otro mexicano, de otro puertorriqueño, de otro colombiano y etc., etc.; estas clasificaciones por países son artificiales. A partir de ese momento inicial hay bolero, pues el ritmo se ha convertido en el hispanoamericano por excelencia”.
El gran auge del bolero se extiende desde los años treinta a la década de los sesenta; si bien, queda mucha gente que paladea, en sus letras y melodías, las penas y alegrías del amor, la frustración de unas “Lágrimas Negras”, el flechazo de aquellos “Ojos verdes”, la “Perfidia” de una mujer que un día nos dijo adiós, y el recuerdo de lo perdido, simbolizado en “Dos Cruces”...
Y digo bien porque el bolero es calvario de lágrimas y fuente de melancolía para el varón, a quien se propone como modelo de seductor, por su actitud “pasional”; un mal modelo que parece evidenciar que el hombre es el único animal macho de la creación capacitado para sentir emociones, y para “tirarle los tejos” a suamada; o lo que es lo mismo, comunicarle su amor con cajas destempladas, o mediante el oportuno lanzamiento de piedras a su tejado.
Porque lo que en el fondo se intuye es que, salvo contadísimas excepciones, la mujer es un ente pasivo y “asexuado”, poco amiga de expresar sus sentimientos ante esa misma sociedad machista y castradora que la adora pero que la mataría por celos, incapaz de sufrir, en su dignidad y en su honra, el mismo libertinaje del que el hombre hace gala, en amistoso diálogo con sus camaradas y amigos.

“Arsénico por compasión” fue la deliciosa comedia que escribió Josep Kesselring, y que llevó al cine Frank Kapra.
Y no es broma que, seducido o seductor, haya hombres aún que, en la época en que vivimos, se dejen morir por la caricia de un bolero; algo semejante a lo que sintió el cantante y compositor Pedro Junco quien, como sucede con medio mundo, un buen día conoció a la mujer de sus sueños: un amor imposible que cortó de raíz, y cuando solo tenía veintitrés años de edad, una terrible y mortal enfermedad: la tuberculosis.
Una hora antes de fallecer, en un hospital de La Habana, Junco pidió despedirse de su amada con la melodía “Nosotros”, la canción que él mismo compuso pensando en ella, y que gentilmente interpretó René Cabel en su programa de radio:
─ “Nosotros/ que del amor hicimos/ un sol maravilloso/ romance tan divino…”

Como colofón incluimos una pequeña lista de los boleros de siempre, junto a sus autores (A), e intérpretes recomendados (I):
─ Quiéreme mucho: Gonzalo Roig. Letra: Ramón Rivera Colluy y Agustín Rodríguez (A); Linda Ronstadt (I).
─ Pensamiento: Rafael Gómez (“Teofilito”) (A); Mª Teresa Vera (I).
─ Júrame: María Crever (A); Carlos Julio Ramírez (I).
─ Juramento: Miguel Matamoros (A); OmaraOrtuondo (I).
─ Aquellos ojos verdes: Nilo Méndez Barnet ─Adolfo Utrera Fernández (A); Nat King Cole (I).
─ Lamento Boricano; Rafael Hernández Marín (A); Marc Anthony (I).
─ Cuando vuelva a tu lado. María Crever (A): Eydie Gorme con Los Panchos (I).
─ Lágrimas Negras: Miguel Matamoros (A). Bebo─ El Cigala (I).
─ Piensa en mí: Agustín Lara (A); Luz Casal (I)
─ Veinte años: Mª Teresa Vera ─Guillermina Aramburu (A); Teresa Vera y Rafael Zequeira (Dúo de la Trova Cubana) (I).
─ Cuando tú te hayas ido (“Sombras”): Rosario Sansores- Carlos Brito (A); Concha Buika y Chucho Valdez (I).
─ Vereda Tropical: Gonzalo Curiel (A); Eva Garza Ramírez (I).
─ El amor de mi bohío: Julio Brito (A); Abelardo Barroso (I).
─ Perfidia: Alberto Domínguez Borras (A). Raúl Shaw Moreno (I).
─ En mi viejo San Juan: Noel Estrada Suárez (A);Virginia López (I).
─ Nosotros. Pedro Junco (A); Alberto Beltrán (I).
─ Toda una vida: Osvaldo Farrés (A); Moncho (I).
─ Bésame mucho: Diana Krall (I).
─ Solamente una vez: Roberto Carlos (I).
─ Inolvidable; Julio Gutiérrez (A); Bebo- “El Cigala” (I).
─ Tres palabras: Osvaldo Parras (A); Nat King Cole (I).
─ Dos Cruces: Carmelo Larrea (A); José Feliciano (I).
─ Piel Canela: Bobby Capó (A); Bobby Capó (I).
─ Historia de un amor: Carlos EletaAlmarán (A); Lorenzo González (I).
─ El reloj: Roberto Cantoral (A); Lucho Gatica (I).
─ Contigo en la distancia: César Portillo de la Luz (A); Los tres ases (I).
─ María Dolores: Fernando García Morcillo (A); Nana Mouskouri (I).
─ Somos: Mario Clavell (A); Raphael (I).
─ Dos Gardenias: Roberto Faz (I).
─ Camino Verde: Carmelo Larrea (A); Dyango (I).
─ Tú me acostumbraste: Rak Domínguez (A); Rubén Blades (I).
─ Un compromiso: Hermanos García Segura (A); Ana María González (I).
─ Ansiedad: J, Enrique Sarabia Rodríguez (A); Lucho Gatica (I)
─ Sabor a mí: Álvaro Carrillo (A); Rolando Laserie (I).
─ Envidia: Gregorio García Segura (A); Eugenio León (I).
─ Adiós felicidad: ElaO´Farrill (A); Bola de Nieve (I).
─ Contigo aprendí: Armando Manzanero (A); Mayte Martín con Tete Montoliu (I).
─ Corazón loco: Richard Dannemberg (A); Vieja Trova Santiaguera (I).
─ La Nave del Olvido: Dimo Ramos (A); Concha Buika (I).
─ Si tú me dices ven: Alfredo Gil (A); Los Panchos (I).
─ El último bolero: Carlos Cano (I).
─ Lía. José María Cano. I: Ana Belén.
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