Ayer fue un día muy especial, nos reunimos familia, amigos y compañeros de trabajo que se desplazaron desde otras territoriales y otras provincias para estar junto a él en ese día de la fiesta organizada por su cumpleaños del pasado día 11 de Julio, en su domicilio del Soto de la Moraleja aquí es esta ciudad de Madrid.
Como he dicho una tarde noche inolvidable en un ambiente muy rocand bylli y rock, que fue siempre el instrumento musical en la vida de este buen belmezano, Eduardo Manuel Vioque Ruiz, la noche se convirtió en mágica, la mayoría de los invitados, compañeros de fatiga y trabajo y amigos de ese barrio emblemático Usera, desde que Eduardo entro en Cajasur en el calle Montera, pasando por el Banco Zaragozano, Caixa de Galicia y hoy en la banca Evo, por un momento el mundo de las finanzas y de créditos quedó relegado a un segundo plano, los abrazos y parabienes.
Acompañados del típico regalo era constante, la música que se oía era muy roquera, y la verdad muy agradable, muchas voces de grandes grupos, el ambiente maravilloso, donde todo el mundo quería conectar con todos, en medio de ese jaleo, se escuchaba al hombre delgadito que siempre lleva esa gorra este genial vasco y que sus cantes son verdaderas historias de la vida real, el gran Fito, como no podía ser de otra forma, el sentimiento belmezano de nuevo quedó patente, algunas personas conocían nuestra zona y fue un placer el volver hablar de nuestro entorno, donde las personas que escuchaban asentía lo que les había impactado su visita a nuestra cuenca del Guadiato y recordaban lugares donde ellos supieron disfrutar, la visita al castillo y al dolmen y esa gran comida que degustaron en el restaurante Gran Bar.
Uno debe de hacer siempre pueblo y la verdad que donde yo me encuentre ese bello lugar será refrendado como se merece.
La noche se volvió aún más roquera y mágica, cuando el regalo final cerró el colofón a una gran fiesta., Almudena esposa de Eduardo Manuel Vioque Ruiz, le hizo un regalo que el anfitrión lo recibió con lágrimas en los ojos y con los aplausos de los asistentes, el ruido fino de un gran motor y el autentico diseño de esa potencial máquina se unió de nuevo a la voz del Fito. Ese momento inolvidable para todo, al fin Eduardo tenía la máquina de sus sueños, esa HARLEY DAVIDSON, una leyenda en el mundo del motor, de nuevo alzamos las copas y brindamos todos juntos por ese sueño que ya por fin se hizo realidad.
Felicidades Eduardo, sabes que te seguimos queriendo y mucho y nos sentimos muy orgulloso de ti, tus amigos y familia te desean lo mejor, suerte y vida para el Rock.
Cerrando este escrito felicitando a ese CATERING que en todo momento estuvo a la altura de ágape y que la variedad de degustación fue muestra de esa gran profesionalidad, los actos de los eventos bien atendidos, son muy importantes en el desarrollo de esa maravillosa fiesta vivida en el día de ayer. Gracias a todos.

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