Cuando uno empieza a escribir y relatar las vivencias de personas que por gran suerte pude conocer, siempre intento buscar el perfil que más se ajuste a su personalidad con el comprometido respeto y admiración que uno pueda sentir hacia esa persona, y en este caso sólo nombrar su nombre me vienen recuerdos de esas vivencias futbolísticas que como he dicho tuve esa gran suerte de ser jugador bajo sus órdenes en la década de los setenta, una década que nos permitió realizar ese sueño deportivo y que nos unió para siempre, hace unos días nos dejó Bonifacio Cantero, conocido en los mentideros del fútbol de esta comarca del Guadiato y del Valle de los Pedroches, como “BONI”, su estancia deportiva en el C.F. Peñarroya, fue de un tiempo inolvidable para mucha gente que lo vio en ese estadio de Casablanca en ese centro del campo junto a su medio compañero Antoñin Fernández, los dos eran ejemplo de cómo hay que defender una camiseta, esos colores quedaron marcados para siempre en la historia de esta gran persona y excelente jugador, en las retinas de muchos aficionados que aún pueden recordar esas fechas inolvidables, la figura de este jugador, su templanza, su calidad y su forma de entender el fútbol, cautivo a mucha gente y dejó esa impronta en ese club que a pesar de los años, su recuerdo siempre estuvo presente en las tertulias de fútbol, un recuerdo imborrable que ahora a tener noticias de su óbito aún se hace mas latente.
Boni, una vez terminado su periplo deportivo el Peñarroya C.F. vuelve a su pueblo, ese pueblo importante en la comarca del valle de los Pedroches, y ahí coge de nuevo esa zamarra blanca con el gallo encima del pozo y de nuevo vuelve a dejar muy claro su calidad en esos espacios donde saltaba domingo tras domingo, una vez retirado BONI, siguió de cerca de su club, colaboró siempre y a lo largo de su vida fue entrenador de dicho club, tuve esa gran suerte de tenerlo y ahí siempre dejó demostrado su calidad de enseñanza, las charlas tácticas y técnicas las sabia de calle y para él era mejor el contacto y el hablar y hablar con el jugador sobre su posición en el campo, y sabia como nadie sacarle el mayor de los rendimientos a sus jugadores, un hombre que le dio al fútbol lo mejor de él y quedo muy claro siempre su exquisitez por el buen fútbol, ese fútbol de toque y entrega, de verdad todos los que tuvimos esa oportunidad de tratarlo, tenemos todos las misma opinión, le dio a su Pozoblanco C.F. lo mejor de él, y eso es muy valorable, sus colores lo defendió como su pueblo lo merecía y desde aquí en nombre de todos los exjugadores que como he dicho tuvimos junto a él en esas ligas de antaño, hace unos años que sabíamos que él ya estaba enfermo, en nuestros encuentros de antiguos exjugadores nunca pudo asistir por la emoción que le causaba el volvernos a ver, nuestro capitán Mestre, siempre que de nuevo nos juntábamos esa comida anual se acercaba a su casa y se lo comentaba, las lágrimas llegaban a sus ojos y el recuerdo de él en nuestra comida de la mano de otro gran hombre Manolo García Cano se quedaba con todo el cariño del mundo entre todos nosotros.
Boni, como me decía mi paisano belmezano y exjugador del Peñarroya C.F. en aquellos años sesenta, Antoñin Fernández, que nunca en la vida que le dedicó al fútbol encontró un compañero de esa gran calidad humana, su forma y su trato entre compañeros quedó patente en se vestuario peñarriblense y pozoalbense, en estos dos clubs siempre le recordaremos con el mayor de los cariños se ha ido en silencio, pero ha dejado entre todos nosotros un clamor y una desazón muy grande, nunca dejaremos de nombrarlo y quererlo.
Tus jugadores y compañeros de equipos. Cárdenas, Parrilla, Antoñin, Avelino, Foncho, Mestre, Chico Horacio, Redondo, Evelio, Cobos, Pepe, Antonio, Felix, Sevi, Parra, Palacios, Benigno, Solano, Castillo, Luque, Juan de Dios y tantos y tantos otros jugadores que disfrutaron a tu lado y esto fue una verdadera delicia el poder estar junto a ti BONI, en esos comienzos futbolísticos de todos nosotros, hasta siempre gran futbolista y gran persona D.E.P.