Que gran placer sentimos cuando por el paso del tiempo nos alejamos de las personas con las que has crecido y vivido experiencias inolvidables, la vida de cada persona toma rumbos distintos por motivos de trabajo y otras motivaciones, pero aquellos recuerdos siguen vivos, yo diría muy vivos a pesar de los años y esto es muy agradable el volverte a encontrar después de muchos años sin verse, cuarenta años en la vida de las personas es un mundo, pero esa nostalgia quedó enraizada en el cariño que sentían y sienten estas exalumnas del colegio Presentación de María, que en sus años de vida le dio a pueblo de Belmez, una docencia muy importante y sirvió para que muchas fueran formadas con una nivel muy por encima de la media en esos años cincuenta, sesenta, setenta y algunos mas, años difíciles para muchos, ya que la emigración fue muy fuerte en nuestra comarca.
Belmez, es un pueblo que sabe agradecer y así lo hace, cuando alguien en su profesionalidad demuestra y deja una impronta entre sus vecinos, en víspera de feria de este año, el día seis, por mediación de unos antiguos alumnos de ese colegio y a través de una petición a la Junta de Andalucía. Consejería de Educación, solicitando que una de las aulas del Instituto de la localidad llevara el nombre de D. AGUSTÍN NAVAS GONZÁLEZ, Maestro de dicha entonces escuela pública Nuestra Señora de los Remedios y un hombre que dejó una clara sensación de lo que es ser Maestro, desde aquí mi mas sinceras felicitaciones para esas personas que lo hicieron posible.
Pues esto es lo que hay ponderar, este encuentro del día 12 del corriente mes, en esa comida de hermandad, junto con las monjas presentes que se acercaron a estar con sus alumnas de entonces y todas ellas vivieron un día de felicidad, recordando aquella etapa de formación, recordando momentos increíbles con un pueblo con cerca de diez mil habitantes, ese colegio, ese convento que tenía su campana al entrar, que al tocarla una hermana se acercaba abrirte la puerta, y ofrecer su ayuda para lo que quisiera, yo tuve esa suerte de aprender a escribir a máquina, en aquella Olivetti, y ese pan de ángel que te daba la monja correspondiente cuando lo estaba haciendo, nunca me olvido de cuando hice mi comunión, me dieron las monjas aquél chocolate que me supo a gloria, de verdad fueron unos años muy buenos que vivimos y nunca olvidaremos, de verdad, cuando empecé a salir con amigas una vez quitado el pantalón corto, eran de ese colegio, y en aquellas edades, íbamos los domingos a misa a verlas, y en cada banca, la monja con su clase, salir de misa e irnos a darnos unas vueltas al parque con la ropa de los domingos, fechas como digo siempre para mi inolvidables, nuestras monjas hacían todos los años unos teatros que hacia que ese teatro cine de invierno, se llenara hasta los topes, llenazos y las actuaciones muy buenas, los bailes regionales, las actuaciones teatrales, las niñas que cantaban, Pepi Mata, Marireme Rodríguez, Victoria, y ese grupo de los Escorpiones, con Gordillo, Rafael Rodríguez, Sebastian Siruela, Antoñin Muñoz, la verdad como he comentado ese colegio dejó una huella tremenda en todo el pueblo de Belmez. Pienso que pudimos aguantarlo un poco de tiempo mas, pero las circunstancias eran así. Pero sigue en nuestro corazón, eso para mi es lo mas importante, cuando hay alguna tertulia sobre este colegio, siempre son palabras que hacen justicia de lo importante que fue para el pueblo de Belmez, ese colegio de Monjas.
Por eso ahora que gracias a Dios, habéis hecho posible esa hermosa reunión en nuestro pueblo, juntarse ahí en esa piscina municipal, volver a sentir ese cariño hacia ese colegio, tener junto a vosotros a vuestras hermanas, Sor Josefa, Sor Inés. Sor Amada, Sor Dolores y recordando a las demás, ese acto es un evento muy bonito, eso se llama hacer pueblo, ese desplazamiento que algunas creo que la mayoría lo hicieron para disfrutar todas juntas y creo que habéis sacado matrícula de honor, espero y deseo de todo corazón que esto sea la puerta abierta, para otras reuniones y que otras generaciones que de nuevo, vivan esa experiencia inolvidable, que a la postre es para disfrutar de esa amistad y que para siempre quede arraigado el sentimiento de cariño hacia ese convento, lugar muy emblemático de nuestro pueblo, por Belmez hay que seguir adelante todas, estas ya lo consiguieron.