Hay días en los calendarios que siempre te acompañaran, días que reflejan momentos de felicidad juntos a los tuyos y con los tuyos, llevo ya algunos años colaborando con este digno periódico, comentando la vida social, deportiva, religiosa, política de nuestros pueblos de nuestra comarca, trayendo a personas o entidades, siempre con el cariño y el respeto que toda persona e institución me merecen, entendiendo que ese debe ser siempre el camino a seguir, potenciar lo nuestro y hablar de nosotros de todos los ciudadanos que en el día a día trabajan por hacer una comarca mucho mejor, porque pienso sinceramente que los hombres y mujeres de ahí, nos sentimos todos muy orgullosos de llevar ese acento a todas partes por donde pasamos, y esto quedó en esa fecha del diez de Mayo pasado, ese día muy especial y feliz para toda la familia y amigos que compartimos esos
momentos en el enlace matrimonial de Dani y Carmina, desde por la mañana en esa Córdoba de Mayo, donde los olores a flores de sus patios hechizan sus calles, ese ambiente de esa ciudad cultural y de los sentidos, ahí en esa calle de San Fernando, calle la Feria como se le conoce de siempre, en la Iglesia de San Francisco, en esa mañana inolvidable donde se dijeron SI QUIERO, ellos y nosotros los asistentes fuimos todos muy felices, los venidos de fuera, de otras ciudades amigos de los novios, compañeros de trabajo, hablaban y hablaban sin parar de esta Córdoba monumental, el acto religioso fue muy sencillo y a la vez muy bonito, la homilía realizada por un sacerdote muy joven iba dirigida con mucho cariño a los contrayentes, la Tita Reme Vioque, leyó con unas lágrimas que asomaban a su rostro y las amigas de la novia las Obrero Portillo, Laura y Miriam, dejaron en sus lecturas el cariño que sienten por su amiga, las pequeñitas mellizas, y las hermanas Paula y Almudena, le llevaban las “arras”, preciosas todas ellas con esos vestidos que hacían de sus figuras un momento sencillo y muy bonito, la calidad humana del sacerdote dejó muy claro lo que debe de ser una homilía llena de amor y cariño a los contrayentes, de verdad me sentí muy feliz viendo el desarrollo de la unión de mis hijos Dani y Carmina.
Posteriormente nos trasladamos al lugar donde se celebró el banquete nupcial, un lugar fantástico, una hacienda donde el local era una verdadera joya, la Torre de la Barca, donde pudimos comprobar la calidad del servicio de esta empresa hostelera Bodegas Campos, que ya lleva mucho tiempo dejando el pabellón muy alto en todos estos eventos y ágapes, de verdad el tener esa complicidad, esa entrega, esos detalles para que no faltara nada a nadie, pendientes del que el servicio estuviera a la altura de las circunstancias, una mujer llevaba los galones y como las llevaba, sólo puedo dar las gracias a todo el personal de la Torre de la Barca, por esa profesionalidad en sus funciones en todo el tiempo que estuvimos disfrutando de esas instalaciones y de su inmejorable servicio.
La opinión de todos los asistentes era la misma, y concuerdan con lo expuesto, ya para terminar decir que fue un día para no olvidar y siempre recordar, agradecer la asistencia de todos los amigos y conocidos, fuimos muy felices con vuestro acompañamiento, y ya sólo me queda decir, que les deseo lo mejor a esta pareja que tanto queremos toda la familia por ambas partes y me siento muy feliz por compartir con mis consuegros Félix y Paqui, y mi princesita Estefanía estos dulces momentos.
Momentos que nos unirán gracias a Dios de por vida. Feliz vida para los casados.