18 de octubre de 2012 | Daniel Solano Sújar
Sentirse peñarriblense
He tenido la gran suerte de conocerlo y trabajar juntos con la misma ilusión por el lugar de origen de nuestras vidas, ahí en ese valle del Guadiato, ahí en esa comarca que tanto añoramos, y a las que nos hemos prometido nunca olvidar a pesar de la larga y a veces duras nostalgia del recuerdo, salimos hace muchísimos años, cogimos ese tren de las maquinas de vapor, en ese trayecto en este caso de desde esa estación, orgullo de estación de ese gran pueblo PEÑARROYA-PUEBLONUEVO, desde ahí una mañana salía de ese pueblo que él tanto adora y sé que cuando lo nombra, sus ojos brillan con una lúz transparente y en ese fondo se le nota mucha alegría…como digo desde ahí salió con una beca para estudiar, lo podía hacer en SEVILLA o en MADRID, atrás quedaba esa escuela de las monjas, y posterior DOÑA FELISA, que tenía un poquito la mano suelta, EUGENIO PRADOS TÉLLEZ, nace en PEÑARROYA-PUEBLONUEVO, en la calle Sancho Dávila, nº 42, una familia de cinco hijos entre varones y hembras y unos padres trabajadores sin descanso para darle a sus hijos lo mejor.
Eugenio una vez pasada su etapa de estudiante en la escuela de maestría, consigue esa beca deseada de seguir estudiando y ampliando sus conocimientos y se decide por MADRID, aquí en la calle RONDA DE VALENCIA, en la ESCUELA SUPERIOR DE MAESTRIA INDUSTRIAL, termina sus conocimientos, y de ahí sale colocado en MOTORES IBERIA, de la EMPRESA IBERIA, pasa al departamento de mantenimiento de motores de la aviones, ahí está hasta su jubilación hace unos pocos años, EUGENIO, como no podía ser de otra forma ,se casa con un guapa belmezana FLORENTINA ROMERO, de este matrimonio tienen dos hijas y un hijos, EUGENIO, entra a formas parte de la directiva de la GRAN FAMILIA BELMEZANA DE RESIDENTES EN MADRID, hace ya bastantes años, bastantes, aquí trabaja con ese cariño hacia todo lo que esta sociedad aporta por nuestra referencia BELMEZ, un peñarriblense amante de su tierra, un hombre que nunca perdió su acento, un hombre sincero y bueno del que estamos muy orgullosos todos los componentes de esta DIRECTIVA, un hombre que cuando le nombras el LLANO, el Estadio Casablanca ,ese Peñón, su gran referente, se les cae unas lagrimas, un hombre sencillo y nostálgico a pesar de los años de su entorno, EUGENIO, una persona diez, amigo NAVARRO, estas líneas están llenas de cariño hacia él y yo sólo soy el portavoz de muchísimos belmezanos y peñarriblenses que componemos esta sociedad, él se merecía de pleno derecho estas pobres líneas, por su buen hacer y por su talante hacia todos nosotros y por ser y SENTIRSE PEÑARRIBLENSE SIEMPRE.