2 de agosto de 2012 | Daniel Solano Sújar
Un profesional del volante
No solamente por acudir a un centro de formación de conductores, autoescuela, aprendes todo el argot del manejo de conducir, aparte de esa clases muy prácticas de teoría visual, aparte está la mecánica y el conocimiento de la máquina que llevas en cada momento, porque si es muy importante el conducir varios modelos, te hace complementar mas aún esa profesionalidad en el volante, y digo profesionalidad, porque a veces el saber templar tus nervios en momentos complicados y a veces en situaciones difíciles que se presenta en un momento puedes salvar problemas importantes.
Ayer en esta ciudad de Madrid, muy grande pero a veces muy pequeña, coincidí con una persona que trabajó en Encasur, con un cargo importante, y hablando de sus años en nuestra zona del Guadiato, lugar que recuerda con mucho cariño y hablando y hablando, sobre la panorámica de los fondos miner, y comentando el daño irreparable que se le hacia a nuestros pueblos, salió la conversación de un trabajador que esta persona lo tuvo durante muchos años a su servicio y que recuerda con mucho cariño por lo profesional que fue en su época, me refiero a JOSÉ MEDINA CABALLERO, conductor de D. Pedro Merino y del Director de Encasur en esos momentos, Pepe como le conocemos todo dejó el pabellón muy alto en ese Garaje de la Empresa, cuando entró a trabajar allá por el año 1.976, mas o menos , el venia de trabajar con un alto cargo de una empresa vasca importantísima, persona muy influyente de empresarios vascos, la conducción era vital, eran tiempos muy difíciles y ya sabemos todos como se las gastaban esa banda terrorista por aquel tiempo, los conductores de esas personas influyentes, debían de tener todos los cursos de responsabilidad al volante como la de conducción evasiva, peligrosidad y otros, sus itinerarios eran muy largos, País vasco, Francia, Alemania y otras naciones europeas, Pepe desde ahí, saltó a Encasur, una oportunidad que se le brindó y el aceptó, su distancia tan larga hasta su querido pueblo PEÑARROYA, sus padres y demás familia fue el acicate para venirse con todo el dolor de esa persona que había estado trabajando durante un gran tiempo, Pepe, dejo una huella imborrable, y aún todavía recibe saludos de esta gran familia empresaria vasca.
He vivido junto a él momentos muy buenos, me he subido en sus coches y he podido comprobar su pericia y su buen hacer al volante, quiero terminar con una frase que me decía el amigo que me encontré, yo sólo puedo decir, PEPE a las cuatro tengo que estar en Madrid, en un consejo de administración y a las cuatro estaba entrando en la calle Monte Esquinza,24 de esta capital y una cosa si quiero decir, a veces no iba sólo viajaba acompañado, y las conversaciones sobre la minería y su problemática eran escuchadas por este profesional y a veces las frases eran duras para nuestra zona minera, PEPE, siempre en silencio, siempre respetando las normas. PEPE ERA Y ES UN GRAN PROFESIONAL EN SU TRABAJO.