Que gran importancia el poder trasladar ese amor y cariño a esos colores, que fueron siempre para cualquier niño belmezano, el punto referencial para toda aquella juventud de la década de los sesenta, ese fútbol y aquellos jugadores fueron el ejemplo donde tuvimos esa gran oportunidad de fijarnos en aquellos futbolistas que con pocos medios se dejaban el alma en la defensa de ese escudo, que hoy después de muchos años, sigue intacto en ese sentimiento que nos hace vivir momentos inolvidables, en ese estadio, que a lo largo de los años, sigue haciéndonos muy felices, por alli han pasado muchas generaciones, y todos ellos supervisados por esos hombres que nunca dejaron de estar al lado de su RECRE, eran tiempos difíciles, empezaban las emigraciones, años sesenta y con todo el dolor de sus corazones, hubo que salir, para buscar nuevos horizontes, pero en su interior ese estadio, ese cajón de madera donde se guardaban aquellas zamarras y aquellos borceguíes, ese era su patrimonio y recordar siempre para nunca olvidar, esos colores que se quedaron grabados en el corazón de todos aquellos, que en aquellas tardes, hacían felices a esa afición belmezana, fueron tiempos muy hermosos en cuanto a sentimiento, todos eran amigos, punto importante en el arraigo y eso como decía se ha ido trasladando de generación y generación, hasta la actualidad, hoy quiero homenajear a una persona, muy importante en ese desvelo y cariño a estos colores, y a ese grupo humano de esos chavales que están junto con su Recre en todo momento del día, esos cánticos suyos, esa peña que reúne unas condiciones muy agradables y que con todo respeto, en ese tiempo de partido, animan y animan dentro de ese orden constitucional dejando esa brillantez en ese apoyo importante para su equipo, y agradecer ese cariño constante desde hace ya muchos años de un exjugador, que cuando saltaba a ese campo de fútbol, ese Juan Cortés, era una delicia ver como se desenvolvía en ese terreno de juego dejando una calidad aplastante, una visión y un saber estar, que hacia de él ese futbolista de mucha calidad, AMADOR POZUELO LINARES, ama a su Recre de toda la vida, es muy especial en ese trato y es ese socio que después de muchos años ,sigue activo y año tras año, su ilusión es ver en directo al equipo de su pueblo, ese Belmez que él tanto quiere y que lo lleva en su corazón, su RECRE es parte fundamental de su vida, y así lo siente, desde tiempos inmemorables, tuve la gran suerte de verlo jugando en aquél inolvidable equipo, LA ESTRELLA, donde todos los que la formaban, fueron parte importante en la vida del fútbol de Belmez, y fueron esa simiente de apoyo para etapas posteriores del que todo aficionado al fútbol nos sentimos muy orgulloso de esa etapa deportiva, Amador como jugador lo dejó muy claro ese cariño por el fútbol de su pueblo y como socio, sigue ahí apoyando y apoyando sin desmayo al equipo de sus amores, ese Recre que él tanto quiere, ya sólo me queda de decirle, gracias Amador por ese amor a nuestros colores blanco y azul, gracias de todo corazón