25 de julio de 2020 | Daniel Solano Sújar
Una entrega a su familia y a su pueblo, que le hace ser importante en la vida social belmezana
La sonrisa siempre le delata, y sus manos siempre abiertas para los demás
Hay personas que en toda su vida tiene ese ángel en su rostro, son cercanas y con un sentido de la amistad grandísima, a lo largo de la vida, uno se va formando, pero si en esos primeros años, te enseñaron a estar ahí junto a las personas que te necesiten, eso es preludio de que una buena persona se está formando.
Hoy le quiero dedicar estas líneas, a un buen belmezano, nos unió siempre ese pupitre, ese tiempo de nuestro colegio, ese maestro y esas horas que pasamos juntos en esa galería, en ese comedor y esa cocina, haciendo esos barreños de la leche en polvo, que hacíamos todos los día y todos los niños con el cazo y el vaso traído de casa, te bebías esa ayuda americana, y por las tardes ,ese otro trocito de queso americano, tiempos que nos sirvió para unirnos mas y mas.
La vida nos separa, como a muchos otros niños de Belmez, BAUTISTA CORDÓN ALBARDÍA, después de esa jornada obligatoria del colegio, trabajó en esa actividad de albañilería, y por la casa por donde pasaba, en esos arreglos necesarios, su carácter y su buen hacer, era siempre muy recordado en esas tertulias, que solían salir, en esa reuniones de belmezanos, cuando desde la distancia, mencionábamos a este lugar que todos tanto queremos, mi mujer MARI, cuando yo le hablaba de mi amigo del alma, ese que nunca salió de mi corazón a pesar de la distancia, ella siempre tenía esas palabras de gratitud hacia Bautista, en ese tiempo que estuvo trabajando en su casa con motivos de esa actividad antes mencionada.
Bautista, lleva unos cuantos años, desde que regresó a su pueblo después de ese tiempo de su vida laboral, en las fuerzas y cuerpos de la seguridad del estado, un trabajo muy digno, donde dejó ese saber estar, por todas las provincias españolas donde tuvo que ejercer esa suya profesión, a la que dejó con toda honestidad y un gran servicio en todos esos años de actividad.
Bautista se integra en el pueblo y lleva ya muchos años realizando un trabajo sensacional en ese edificio y en ese grupo de jubilados desde donde muchas actividades a desarrollar, las realiza él con su querida mujer, ellos dos son binomio muy importante en ese traslado de viajes y de esas actividades que son punto de referencia y de aglutinar a todos los jubilados, para que juntos puedan disfrutar de esas acciones que sirven para que la palabra amistad se consolide de una forma magistral.
Un gran trabajo lleno de pasión y amor por su pueblo, sinceramente, me siento muy orgulloso de tener su amistad desde muy pequeños, BAUTISTA, era nuestro referente de esa etapa de nuestra niñez, siempre estaba al lado de todo y era esa parte importante para todos, por ese desvelo que sentía por todos nosotros, en mi recuerdo de mis años de colegio, en ese grupo escolar, nuestra Sra. de los Remedios, hoy Instituto, y con aquellos maestros D. Agustín, D. Federico, D. Antonio Usero, D. Antonio Sánchez, D. Pedro Jiménez Altares, D. Manuel Murillo, y Doña Amalia, Doña Rafaela, Doña María, Doña Manolita, Doña Visi , y todos los que llegaron posteriormente, tiempos de la leche en polvo, cantar el mes de Mayo a María, y esa fila diaria al entrar al colegio con el canto del cara al sol, e
izando esa bandera que estaba colgada en su lugar habitual en el pasillo entre los dos grupos, el de niños y el de niñas.
Recuerdos en la vida de dos amigos, que desde esa dulce etapa de niños, sentían ese cariño por la amistad, gracias amigo Bautista, por mantenerla con esa fuerza al paso de los años, siempre te querré, y tu lo sabes.