21 de julio de 2020 | Daniel Solano Sújar
Un trabajo al que se entregó con toda su gran docencia
Nunca dejaremos de recordar su tiempo de Maestro

La vida va pasando y nos da algunas noticias, no esperadas, y que dejan un gran dolor entre los que tuvimos esa gran suerte de conocerlo y tratarlo, Belmez, lleva una racha muy dolorosa, son ya en este mes de Julio, unos cuantos belmezanos que nos han dejado y que fueron parte importante en la vida social de nuestro pueblo.
Hoy nos ha dejando un amigo, desde muy jóvenes nos tratamos, compartimos momentos deportivos y sociales que sirvió para unirnos mas y mas, compañero en ese equipo que hizo mucho en el arraigo a la amistad, ese Bailén CF, y ese equipo de los MAESTROS, que dejó un gran recuerdo y afianzo mucho mas esa palabra amistad, hoy no ha dejado ese defensa derecho que marcaba muy encima y que su parte en ese terreno de juego lo defendía genialmente, nos dejó JESUS MURILLO RUIZ, una persona muy conectada con la problemática belmezana, toda su vida la dedicó a la docencia, su labor la hizo en BELMEZ, y fue una persona importante en esta materia de enseñanza, fueron muchos años compartiendo clase tras clase, conociendo a mucha generaciones de belmezanos y belmezanas y haciendo de su labor docente, un punto de entrega y lucha por hacer un servicio importante en esa etapa de la vida, donde la formación es el eje fundamental de la integración y formación del alumno, y en este caso, Jesús supo estar a la altura de un servicio y una entrega sencillamente envidiable.
Jesús hizo una gran labor deportiva comentando los partidos jugados por su Recre, en esa década de los ochenta noventa, sus crónicas eran muy seguidas y en todas dejaba esa pluma suya con una claridad meridiana, haciendo justicia en esos partidos que él presenciaba.
Han sido mucho lo realizado por esta persona, comprometida con su pueblo y trabajando por él desde siempre, JESÚS, deja muy buenos amigos en esa trayectoria laboral y social, y es justo reconocerle esa gran labor docente que durante tantos años realizó con todo su cariño y profesionalidad.
Desde estas líneas decirle a su mujer Inés y a sus hijas, que siento en mi alma este óbito, que JESÚS, y yo compartimos muchos momentos que nunca olvidaré y que le doy gracias a Dios por haberme dado la oportunidad de conocerlo y tratarlo, que Dios lo acoja en su seno, D.E.P.