Van pasando los años y te das cuenta lo importante que es en nuestras vidas, esa palabra amistad, cuando es verdadera, siempre está en la vanguardia y como tu puedas, nunca dejas de asistir a esas citas, que nos van recordando y recordando, nuestras vidas de jóvenes, es muy entrañable el poder de nuevo estar con las personas que te unen muchas cosas, y la verdad es una delicia el departir y ver como estamos todos en la actualidad, la existencia de poco trabajo, nos abrió esa puerta de salida de nuestro entorno y buscar esas nuevas experiencias laborales, y desde ese sitio de permanencia actual ,acudimos a esas citas, ya que las ganas de saber de cada uno de nosotros, nos pide ir al encuentro de todos ellos.

Aquellos años, lo llevamos muy adentro, fuimos muy felices en nuestro pueblo, y ese recuerdo siempre está con todos nosotros, esos años quedaron en nuestra memoria y en nuestra retina y recordarlos nos da vida y en este caso, es muy halagador el poder haber estado en estos encuentros que te dejaban esa felicidad muy compartida y que nunca la olvidaremos.

La vida va pasando y algunos ya se nos han ido, amigos entrañables y amigas que dejaron ese hueco, pero que nunca abandonaron su espacio en mi corazón, hoy si quiero decir lo importante que fue en esa vida de jóvenes para mi, una gran belmezana una mujer que transmitía cariño, y que esa palabra de amistad , era su punto referencial, hacia continuamente pueblo, desde ese lugar donde vivió muchos años, no dejaba de mencionar a su querido pueblo, y nombrar a sus amigos, una amiga my especial y ahí arriba estará dejando ese amor hacia los suyos, MARIBEL MORENO, nunca nos dejó, porque su espacio en nuestro corazón está intacto y su recuerdo es perenne y siempre será duradero.
Cuando en la vida te entregas de la forma que todos los hacíamos, esto se queda siempre entre nosotros, aquellos bailes, aquellas reuniones con aquellos grupos musicales que iban saliendo, aparte de esos nuestros, esos que nos dejaron momentos inolvidables en aquellas ferias y aquellos bailes en la caseta municipal y en el casino, nuestros Imperiales y Veloces, ambos con ese gusto por la música, que tardes y que noches, que fiestas y fiestas, cuanto disfrutamos con ellos, la verdad que esa generación tuvimos esa gran suerte de tenerlos, tiempos de felicidad que nos dejó ese grato sabor y ese gran recuerdo y eso nos lo llevamos para adelante.

Sólo me queda decir, que en esos años que compartimos momentos de juventud, fui una persona muy feliz, que ese recuerdo siempre lo llevo conmigo y que mil veces que naciera, mil veces me gustaría hacerlo en el lugar que la Marcelina me alumbró, y que mis amigos fueran siempre los mismos, esos a los que le tengo mucho cariño, mucho respeto y no cambiaria por nada ni por nadie.

Gracias a todos y todas por ser como sois.