19 de abril de 2020 | Daniel Solano Sújar
Su trabajo continúo en mejorar la unidad del dolor
Se nos fue un gran profesional y un gran belmezano que nunca renunció a sus raíces
Son tiempos muy duros, tiempos de lucha y entrega, hay que seguir viviendo y ante nosotros tenemos esa obligación de luchar por los nuestros, las noticias que nos llegan, no son muy alegres y se nos están yendo personas muy queridas y amigos, momentos muy tristes que nos deparan ese dolor intenso, hace unos días nos dejó una gran persona, un médico que siempre estuvo al lado de su pacientes, una persona entregada a la medicina, un rebelde y un luchador de ese protocolo ya establecido y que su aportación medica, fue importante durante todo ese tiempo de ejercer esa digna profesión, que él dignificó cada día en ese lugar de trabajo.
HELIODORO MURILLO GARCÍA, nos dejó después de un largo proceso de enfermedad, fue uno de esos belmezanos que termino su carrera profesional y trabajó lo indecible en todos esos centros por donde pasó, fundador de la clínica del dolor Virgen del Rocío, pionero en la aplicación de la Epidural en los partos, jefe de Servicio de Anestesiología del Hospital Materno de la ciudad sanitaria Virgen del Rocío, desde allí inició su tratamiento del dolor, Unidad del dolor de Andalucía, era un investigador en muchos temas, relacionados o no con la medicina, fue mas allá de los estándares de la época, con la introducción de procedimientos como la acupuntura novedosa en técnicas intervencionistas, fue como decía anteriormente, inconformista y rebelde en su práctica médica y criticando abiertamente los protocolos y la medicina, digamos oficial, según el Doctor compañero suyo Luis Miguel Torres.
Su enorme calidad humana y la facilidad con la que transmitía sus conocimientos, era una base importante en la hora de sus expresiones, datos recogidos del periódico ABC de Sevilla.
Heliodoro era un persona muy querida en todo en entorno belmezano, mi padre tenía con él pasión, la misma que en él era recíproca, recuerdo de pequeño, las veces que iba mi padre a su casa y él venía a verlo, le encantaba ver como mi padre pintaba, a óleo y carboncillo, desde que nació, mi padre tenía por él adoración, en ese tiempo y en aquellos años complicados, ya pasando esa guerra civil, mi padre trabaja en el TEJAR, lugar donde su padre Heliodoro Murillo Sújar, tenía trabajando a mucha gente belmezana, y ese afecto fue aumentando hacia él, y hacía sus hermanas, mi padre quería mucho a su tío y a su mujer Rosa, tiempos que él siempre los llevo en el corazón.
Son momentos muy duros, Heliodoro Murillo García, era una persona entregada a su profesión y me consta que en Sevilla donde ejercía, atendió a muchos belmezanos y belmezanas, siempre con ese cariño y respeto, me recuerda a su amigo de él, ese Doctor que tanto nos ha dado a todos los belmezanos residentes en Madrid, cuando lo hemos necesitado, Doctor Saturnino Calvo de Mora, una persona a la que estamos muchos muy agradecidos.
Desde estas líneas, sólo me queda decir, que siento en mi alma este óbito, que lo hago extenso a toda su familia, mujer, hijos, nietos, sobrinos y esos amigos al que Heliodoro tanto quería, ahora ya está ahí en el cielo, y estará junto con nuestro amigo Paciano Vargas, que Heliodoro le tenía un cariño muy especial, mi padre lo habrá recibido con todo su cariño y ese abrazo ha tenido que ser intenso, dejaste una gran huella por donde pasaste, fuiste esa persona generosa y atenta y los que tuvimos esa gran oportunidad de conocerte y tratarte, te echaremos mucho de menos, belmezano Helidoro, siempre estarás en nuestro recuerdo y en nuestras oraciones y plegarias. D.E.P.