23 de febrero de 2020 | Daniel Solano Sújar
Su recuerdo siempre está perenne
Tiempos felices y añorados de una gran murga

Estas fiestas sirven para recordar y recordar, tiempos vividos intensamente, tiempos de algarabía, colorido, risas y amistad, ese siempre fue el clamor a la hora de confeccionar esas canciones de esa fiesta entrañable de unión, como es el carnaval, esa cuaresma que nos permite divertirnos en estos tiempos, ya que en otros tiempos era muy prohibido, y además con problemas con las autoridades, ya que la multa era muy importante y los bolsillos, no estaban muy boyantes para poder satisfacer esa dolorosa situación económica.
En esa fiestas belmezanas siempre recordaremos, los que ya tenemos una edad, seguir agradeciendo a nuestro Alcalde, D, AGUSTIN NAVAS, que como Alcalde en ese tiempo, permitió que los belmezanos se vistieran de máscara y autorizara ese carnaval que por lo que cuentan los mas mayores fue apoteósico y creo que ésta petición le costo el puesto de Alcalde, por parte de las autoridades competentes, D. Agustín un gran Maestro y una persona entrañable.
Hoy quiero hacerle un pequeño homenaje a una persona que nos dejó una huella irrepetible, un belmezano, campechano, humorista, sabio y con un carácter maravilloso, lo que pudo trabajar en esa suya huerta, y los que nos hizo reír y reír con esas letras maravillosas, esa MURGA DEL GURRIATO, era algo muy especial, EL MAESTRO MANOLO, se rodeo de un grupo de chavales, todos de esa entrañable Rondalla, y con ellos y gracias a su calidad humana, consiguió unir en ese grupo a todos esos jóvenes que hacían las delicias de todos con esas letras, los Antoñin Muñoz, Rafael Lacalle, Antonio Estepa, Manuel Calvo, Antonio Nuñez, Paco Gordillo, Sebastián Siruela, Andrés Siruela, Juan Nogales, Amador Pozuelo, bajo la dirección de ese gran maestro, era todo un clamor, que canciones..Que letras..esas..Cuando llegaron los radio televisores, un cateto de mi pueblo los compró, el muy cachondo no sabía donde meterlo y en la olla del puchero los metió, al otro día cuando fueron a instalarlo, el aparato empezaba a funcionar, televisaban un combate de boxeo, y el muy cachondo lo quiso desapartar.. tiempos inolvidables, el Maestro era todo un ejemplo de cómo comportarse en estas fiestas, y llevaba en ese pasacalle, todo un repertorio increíblemente tremendo por todo lo que durante el año, había ocurrido en este pueblo que tanto amamos los belmezanos.
Decir, que a lo largo de los años, han pasado muchas murgas, comparsas, y muchos grupos que nos han hecho muy felices en esas muchas actuaciones en nuestra Córdoba capital, como en las calles de Belmez, y en nuestra casa de la cultura, a todas desde este escrito, mi mas sincera felicitación por ese digno trabajo de compartir estos momentos de felicidad compartida en estas nuestras fiestas de carnaval.
La Murga del Gurriato, con todo mi cariño, fue una más de esas grandes murgas que en esos tiempos difíciles de la década de los sesenta-setenta, nos hicieron pasar momentos nunca olvidados, sólo me queda agradecer el esfuerzo continuo a pesar de los años, por darle a Belmez el carnaval que le pertenece, y un abrazo grandísimo a todos los que lo hiciste posible y a los que en este tiempo estáis ahí al pié del cañón, año tras año.
Gracias de todo corazón, desde esta ciudad de Madrid.