18 de marzo de 2019 | Daniel Solano Sújar
La Centenaria Belmezana, siente en sus adentros al Maestro Tomás Moreno el “Tempranillo”
Siempre dignificó su nombre de torero
Que larga y dura es la vida de todos esos aficionados que desde muy pequeños sienten en su alma esa llamada a ese difícil mundo del toro, cuantas noches sin dormir, cuantas ilusiones a veces rotas, a veces maravillosas, pero siempre con el pensamiento puesto en ese toro, esos sueños que hacen, que nunca decaiga esa gran afición, sabes que tienes por delante muchas trabas, muchas puertas que se te cierran, esas mismas personas que las cierran, son los que estarán de nuevo a tu lado, cuando, tú hayas dejado en cualquier coso ese nivel y estés ya preparado para esta lucha diaria, ese trabajo de entrenos y entrenos, ahí en el campo, por la noche, por el día y siempre dispuesto con tus aperos toreros para esa llamada y puedas figurar en esos carteles anunciadores de las próximas tardes taurinas en esas fiestas de esos pueblos, donde el toro es la parte importante de la fiesta, hasta que ese Maestro, ese torero desde el centro del ruedo lo cita y esos movimientos y pases de ese gran argot taurino, se cite en ese día, y junto al Maestro de turno se complemente, y esa tarde jamás será olvidada, llegó el momento, llegó ese día, cuando esa parroquia taurina desde esos palcos y esos asientos, a través de sus palmas, bauticen a ese gran torero, ese torero, es en ese momento, es artífice de todo, y esa comentada tarde, será el punto de salida hacia la gloria.
Hoy en este periódico digital, quisiera homenajear a nuestro torero, Tomás Moreno el Tempranillo, nació en la localidad cordobesa de Baena, allá por el año 1944, de muy pequeño se traslado con sus padres y hermanos a ese pueblo que el tanto ama, BELMEZ, y es donde en esas duras jornadas de trabajo, en el cuidado de esas reses taurinas, ahí muy cerquita del río Guadiato, soñaba con vestir de luces, su ilusión muy intacta, y esa ilusión lo llevó a emigrar a esta ciudad de Madrid, donde en esas tertulias taurinas y junto a esos grandes aficionados, iba poco a poco a sentirse torero, en esa casa de campo, largas jornadas de entreno y entreno, esa figura esbelta, ese cuidado a la hora de mantenerse, Tomás acariciaba esas formas de transmitir y transmitir, de esa casa de campo a la CHATA, plaza de toros de Vista Alegre, ahí en esa jornadas taurinas del viejo barrio de Carabanchel, ahí dejó plasmado su arte, su calidad torera y todo lo que llevaba my adentro desde tanto tiempo se iba hacer realidad, su apoderado, le buscaba esas plazas donde el iba triunfando, corrió media España, dejando esos lances taurinos, toda esa especialidad que él tanto manejó, y sobre todo lo más grande, el respeto y la admiración hacia todos esos aficionados que acudían y él con su toreo, le hacía sentirse muy felices muchas y buenas tardes nos dio por muchos sitios, y en todas esas plazas dejó muy claro, ese saber estar y ese manejo de todo lo que llevaba en la muleta, Tomás nos regaló muchas y muy buenas tardes y en ese pueblo que él tanto ama y quiere, tiene su busto en esa centenaria, esas grandes puertas las abrió en muchas ocasiones vestido de gala con esos trajes que él dignificaba siempre que se los puso, Tomás Moreno, dejo en ese ruedo de la monumental las Ventas, ese sello de cómo hay que torear, muchos aficionados le siguieron durante muchos años, y aún recuerdan esa tarde de Madrid, donde dejó plasmado ese repertorio toreril que tanto gustó en esos tendidos de esta gran plaza española.
Tomás Moreno el Tempranillo, sigue teniendo su peña taurina en BELMEZ, ese suyo pueblo del que él tanto quiere, y sé que los belmezanos sienten por él devoción y están muy orgullosos de tener a su torero junto con ellos, ya termino sólo para decirte amigo Tomás, que los belmezanos amante de este mundo del toro, nos sentimos muy orgullosos de tu trayectoria taurina, y que siempre serás de por vida, nuestro torero, nuestro MAESTRO, nuestro Tomás Moreno el TEMPRANILLO, torero belmezano.