14 de marzo de 2019 | Daniel Solano Sújar
Esos colores que él tanto amó
Desde muy pequeño, ya sentía esa camiseta blanca y azul
Tengo que empezar diciendo, que nunca podré agradecer a todos los medios de nuestra comarca, prensa, escrita, radio, y prensa digital, y en este caso que me ocupa, el periódico digital y escrito que me permite acercarme a comentar exposiciones sobre personas que a lo largo de su vida, han estado haciendo pueblo, a través de sus trabajos, cargos y dedicación plena en el apartado de los que ellos han estado ahí, deportes actos culturales, políticos, y asociaciones, trabajando altruistamente por Belmez, son la verdad muchos y le vamos haciendo ese reconocimiento merecido, hoy quiero dedicarle una líneas a este belmezano, que lleva ya toda una vida colaborando con su pueblo en infinidad de aportaciones, RAFAEL RIVERA RODRÍGUEZ, ha dejado plasmado durante mucho tiempo, ese amor a su tierra, cuando se le ha buscado, ahí ha estado, su recorrido es enorme, a tocado todos los palos de colaboración son sus paisanos, y lo sigue haciendo, lo conozco de toda la vida, hemos vivido muy cerquita uno del otro y siempre sentí por él admiración, tiene un gran corazón y la verdad ese valor lo ha demostrado mucha veces con mucha gente y en muchos sitios.
Hoy le quiero agradecer, ese esfuerzo que siempre hizo por unos colores que lleva incrustado en su corazón, desde muy pequeño, ya jugaba con el Recreativo Belmezano, en aquellos partidos de feria y con los demás pueblos de nuestra provincia, cuando llegó ese célebre año 1974 de la segunda etapa federada de ese club, él ya tenía esa experiencia de haber jugado muy jovencito, ahí en esa banda de extremo derecha, con ese estadio de tierra y con aquellas hierbas que le salía, esas taconeras y además cuesta arriba, hasta que con las nuevas tecnologías consiguieron centrar ese estadio, las tapias caídas, y ese frío aterrador en aquellas duchas, duros inviernos y siempre con la ilusión intacta de defender ese escudo.
Esa etapa nueva, marcó una gran época deportiva, aquellas finales de la copa de Córdoba y bueno esa unión entre todos los jugadores, técnicos y directiva, Rafa Rivera, es un buque insignia de esa gran generación de jugadores que se dejaron el alma por su club y por su pueblo, han sido muchos años y él desde donde estaba en ese momento trabajando, venía todos los domingos a ponerse esa elástica que tanto él quería y quiere.
He tenido la gran oportunidad de jugar en muchos equipos, desde mi trayectoria deportiva, pero cuando lo tuve a mi lado, en ese lateral, sabía que ahí estaba un pedazo de futbolista que hacía a diario vestuario, un hombre que se entrego en cuerpo y alma por ese Recreativo Belmezano que lleva en su corazón, cuanto no dio a todos sus paisanos y amigos en esos grandes partidos, y que forma de defender lo que era suyo, de siempre, desde que era muy pequeño, siempre lo veías con una pelota en el campo de la estrella, ahí junto a su casa, el fútbol ha sido y es su pasión y todo ese largo tiempo, con esa gran cantidad de partidos jugados, siempre dejándose la vida, ya que en eso también era un crak y al jugador que marcara, ya sabíamos que todo estaba controlado, él y su Valentín Payan, nuestro Chirri, su Camilo Cano, Alfredo Caballero, y Rafa Leal, ese canijo con cariño que tanto echamos de menos, esa parte de atrás y bajo los palos, ese Ramón Hernández, que desde el cielo sigue al Recre, domingo tras domingo, de la misma forma que también lo hace Rafa Leal, ellos dos muy recordados por todos, y siempre estarán en nuestras mentes, y bueno, no podemos olvidarnos de ese pedazo de míster y compañero también en otras etapas, que tanto nos dio a todos, Antonio Cobos.
Bueno ya termino, y quiero decirle a RIVELINO, que lo quiero mucho, que fue un verdadero placer el jugar con él y con todos aquellos que nos acompañaron vistiendo esos colores que tanto queremos, ese club que nace en las entrañas de ese pueblo nuestro, ese RECRE, que está en nuestro corazón y que siempre estará por los siglos de los siglos.
Cuídate mucho profesor, RIVERA, los alumnos de la politécnica te necesitan.
Un abrazo muy grande desde esta tuya ciudad de Madrid.